Ceniza transformada en turbinas aeronáuticas
Expertos de la unidad de Monterrey (México) del Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimav), han desarrollado, partiendo de desechos industriales, recubrimientos nanoestructurados capaces de resistir temperaturas superiores a los 1.000 grados centígrados. Estos recubrimientos se usan en componentes de turbinas aeronáuticas.
La líder del proyecto, Ana María Arizmendi, explica que se busca dar solución a un problema muy común en la industria aeronáutica: la degradación microestructural de las superaleaciones que componen las turbinas, degradación producida por las altas temperaturas que alcanzan estos dispositivos. Comenta la doctora Arizmendi que “Hemos descubierto que aprovechando la gran cantidad de mullita, el cual es un compuesto estable química y térmicamente que se encuentra en la ceniza volante, se puede usar este material como matriz cerámica, la cual con la incorporación de diferentes partículas hemos obtenido nanocompósitos novedosos que disminuyen en gran medida la conductividad térmica y utilizarlos en el desarrollo de recubrimientos para las superaleaciones”
Las cenizas volantes son residuos sólidos contaminantes obtenidos por precipitación electrostática o por captación mecánica de los polvos que acompañan a los gases de combustión de los quemadores de centrales termoeléctricas alimentadas por carbones pulverizados. La nueva tecnología en desarrollo busca impactar a nivel medioambiental, no ciñéndose al sector aeronáutico, pues hablamos de reciclar un material contaminante, como es el caso de las cenizas volantes. Las cenizas empleadas en este proyecto se obtienen en su mayoría de de carboeléctricas del norte de Coahuila (México).
Con este proyecto del Cimav son ya cinco años los que los expertos llevan analizando diferentes materiales que pueden desarrollar como sistemas avanzados de barreras térmicas. Nos comenta Ana María Arizmendi que esperan realizar en breve las últimas pruebas para validar los materiales obtenidos a nivel laboratorio, a fin de proseguir con el proceso de escalamiento hasta que sea transferido a una empresa interesada.
Esta tecnología está considerada como investigación básica pero su orientación espera resolver problemas industriales. “Esto es parte del enfoque de esta unidad del Cimav ubicada en el Parque de Investigación e Innovación Tecnológica, en Nuevo León. Por ello, conjuntamos a un grupo multidisciplinario de investigadores para realizar ciencia básica y aplicada, además de tener vinculación con la industria, instituciones académicas y centros de investigación a nivel global”, comentó Arizmendi Morquecho.