Diseñan una ‘innovadora’ planta que transforma residuos orgánicos en fertilizantes de alta calidad
El Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario Neiker-Tecnalia ha presentado una planta piloto que transforma el material orgánico resultante de las plantas de biogás en fertilizantes de alto valor añadido, de forma que se consigue cerrar el ciclo de ese material orgánico sin que se generen residuos, al mismo tiempo que se le da una salida comercial.
En un comunicado, la sociedad pública sin ánimo de lucro dependiente de la Viceconsejería de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco ha explicado que la instalación se ubica en los terrenos agrícolas de Neiker-Tecnalia en Arkaute (Álava).
El proyecto ha contado con un presupuesto de 1,8 millones de euros aportados por la Unión Europea en el marco de un proyecto CIP-Ecoinnovation y por las cuatro entidades participantes en la iniciativa (Neiker-Tecnalia, Ekonek Innovación en Valorización de Productos, Blue Agro y la empresa holandesa Colsen).
Neiker-Tecnalia pretende, con esta planta piloto de Arkaute, aportar soluciones al sector agrícola que sean respetuosas con el medio ambiente y que, al mismo tiempo, resulten económicamente viables. En este caso, se proporciona salida comercial al digestato de las plantas de biogás, una materia que en muchas ocasiones es considerada y tratada como un residuo.
La materia prima con la que trabaja esta planta de tratamiento es el digestato, es decir, la materia orgánica resultante de las plantas de biogás tras el proceso de digestión anaeróbica --proceso de digestión de materia orgánica en condiciones de falta de oxígeno que tiene como finalidad la obtención de biogás--.
El resultado es una amplia gama de fertilizantes de alta calidad en diferentes formatos, uno de ellos son los microgránulos de 0.5 a 1,5 milímetros de diámetro, que pueden conseguir una producción equivalente a la convencional, pero con dosis casi diez veces menores.
Las ventajas del fertilizante obtenido por Neiker-Tecnalia se basan en que se trata de un producto que requiere dosis más bajas que los fertilizantes tradicionales y libera sus nutrientes de una manera lenta, lo que implica un menor impacto en el medio ambiente. De esta forma, resulta un producto muy apropiado para ser utilizado en cultivos de alto valor añadido, como césped deportivo, cultivos ornamentales y cultivos agrícolas especialmente delicados.
Características del fertilizante
Los nuevos fertilizantes presentan un nivel equilibrado de NPK, es decir, de Nitrógeno, Fósforo y Potasio. Se obtienen abonos con valores NPK bajos y con alto contenido de materia orgánica --9 partes de Nitrógeno, 2 de Fósforo, 2 de Potasio y un 70 por ciento de materia orgánica-- hasta valores de NPK altos --11 partes de Nitrógeno, 15 de Fósforo, 11 de Potasio y un 20% de materia orgánica--.
Además, los fertilizantes desarrollados por Neiker-Tecnalia cuentan con la ventaja de ser de liberación lenta, lo que los hace especialmente adecuados para jardinería, campos deportivos, horticultura y agricultura ecológica.
Su forma de microgránulos posibilita que puedan ser aplicados en el momento de la siembra junto a la semilla, lo que propicia que el fertilizante quede perfectamente localizado y permite un aprovechamiento total del mismo desde el momento de la germinación, lo que hace posible una reducción drástica de las dosis de abono necesarias.
Los técnicos de Neiker-Tecnalia han analizado la viabilidad comercial de este proyecto y concluyen que puede ser comercializado con un precio de entre 100 y 500 euros por tonelada, según el abono concreto. Este precio de venta posibilita plazos de retorno atractivos a la inversión.
La planta actual tiene una capacidad de producir unos 50 kg/h de fertilizantes, aunque los expertos calculan que una instalación a gran escala puede tratar anualmente unas 28.000 toneladas de digestato, que dan lugar unas 9.200 toneladas de abono.