Se trata de una instalación recogida en el Plan Navarra 2012 que ha supuesto un coste de tres millones de euros con un plazo de amortización estimado en diez años, si bien la vida útil de la planta será de veinticinco, según el Gobierno de Navarra.

La infraestructura sustituye y amplía la anterior de 1975, una de las más antiguas de la Comunidad, y ha sido financiada en un 80 % por el Gobierno foral y en el 20 % restante con el canon de saneamiento que los contribuyentes pagan a través del recibo del gua.

Inicialmente el proyecto también contempló la inclusión de otras localidades de la zona con menos de un centenar de habitantes, como Artajo, Murillo de Lónguida, Villaveta y Meoz, pero finalmente NILSA, la empresa pública encargada de la depuración y saneamiento, se decidió por soluciones únicas para cada población por razones de eficiencia energética.

El colector que lleva el agua desde Aoiz hasta la instalación tiene una longitud de casi 2,5 kilómetros y recibe las incorporaciones de Ekai y Aós, aunque la depuradora está dimensionada para poder admitir el agua residual de futuros desarrollos urbanísticos e industriales sin necesidad de reformas, ampliaciones o nuevas obras.