'Hay que reciclar materiales, pero también mentalidades'
El pasado día 27 de enero, Víctor Viñuales, sociólogo, cofundador y Director de Ecología y Desarrollo de la Fundación Ecodes, organización que busca la concienciación ciudadana en el ámbito de la sostenibilidad, además de la colaboración de entidades públicas y privadas en el cuidado del medio ambiente y el uso sostenible de los recursos, participó en la jornada que recientemente el diario Economía Digital, con el apoyo de Sogama, que se llevó a cabo en Vigo, en la sede de AFundación, con el objeto de indagar en la situación actual del empleo verde y su incidencia en la economía nacional y europea.
Viñuales profundizó en el proceso de cambio hacia un modelo de desarrollo sostenible, manifestando al respecto que éste puede ser rápido cuando Administraciones Públicas, empresas y ONGs “empujan en una misma dirección”.
Tras hacerse eco de los problemas ambientales a los que se enfrentan las sociedades (pérdida de biodiversidad, emisiones de carbono, cambio climático, calentamiento global, etc), apuntó hacia la necesidad de buscar cómplices en América Latina y Europa para construir una economía más racional y sostenible.
Y como ejemplo puso algo tan simple y sencillo como la presencia de un taladro eléctrico en la mayoría de las viviendas; un instrumento que, aparentemente, proporciona un buen servicio, con múltiples aplicaciones, pero que, sin embargo, y según un estudio, sólo llega a utilizarse un total de 13 minutos durante toda su vida útil. Esto es, para él, la “economía del despilfarro”.
Considera que a lo largo del tiempo hemos organizado un Planeta en el que “estúpidamente estamos envenenando la casa que habitamos”. Ya no vale la mera evolución. Se necesitan cambios más drásticos.
Víctor Viñuales apuesta por “reverdecer” el conjunto de la economía y no actuar en puntos concretos de la misma.
Para él, hay una serie de factores que deben tenerse en cuenta:
- El sentido de la urgencia, ya que los problemas ambientales son de larga transición. “O interiorizamos el sentido de la urgencia o no habrá cambios”.
- La empatía de largo alcance, porque, en realidad, estamos programados para la empatía de corta distancia. Tenemos un problema de “miopía de la compasión”, es decir, sólo nos sensibilizamos con los problemas medioambientales cuando éstos nos afectan de cerca.
- “Del círculo vicioso al círculo virtuoso”, es decir, necesitamos un enfoque sistémico.
- Cambiar la cultura y los valores, porque los cambios más profundos tienen que ver con la innovación cultural. “Durante mucho tiempo hemos identificado que desarrollo era PIB”.
Para ilustrar todo esto, puso sobre la mesa algunas experiencias de empleo verde, haciendo alusión a una concreta materializada en Estados Unidos, donde se ha perdido el 11 por ciento de la tierra fértil; un hecho que ha venido a poner de relieve que “cuando hay crisis, lo importante es tener de comer”. Para ello, tal y como desveló, se han llevado a cabo proyectos que han intentado desvincular la propiedad de la explotación.
Apeló a la necesidad de resolver la situación ambiental, económica y social, buscando un modelo de desarrollo que solvente las tres dimensiones. “Debemos caminar hacia una economía circular”, enfatizó, llamando la atención sobre la formación orientada al sector de la construcción, que debería estar focalizado hacia la rehabilitación de edificios. “Hay que reciclar materiales, pero también mentalidades, y trabajar en la creatividad e innovación económica y legal”.
CULTURA COLABORATIVA Y “GESTIÓN DE LA ESPERANZA”
Para el portavoz de Ecodes, la pregunta que deben hacerse las empresas es “para qué” existen porque, en realidad, el desafío al que nos enfrentamos no puede prescindir de ellas. En este punto, instó a la unidad y a las alianzas: “O nos unimos o nos hundimos”, refiriéndose a la necesidad de una nueva “cultura colaborativa”, ya que hemos vivido en el enfrentamiento estéril e improductivo. Hablamos, según Viñuales, de transparencia, claridad y lealtad.
También se refirió a la “gestión de la esperanza”, ya que muchas de las energías no se movilizan porque la esperanza está enferma.