La Agencia de Residuos de Cataluña presenta la Guía de buenas prácticas para el reciclaje de metales
La directora de la Agencia de Residuos de Cataluña, Genoveva Catalán, ha presentado esta mañana en el CosmoCaixa, junto con el presidente del Gremio de Recuperación de Cataluña, Xavier Riba, la Guía de buenas prácticas para el reciclaje de metales en Cataluña, un manual fruto del convenio de colaboración entre la Agencia de Residuos de Cataluña y el Gremio de Recuperación de Cataluña.
El reciclaje de los residuos metálicos tiene cada vez más importancia, debido al continuado aumento del precio de las materias primas y la energía, por un lado, y de la desaceleración de actividades íntimamente relacionadas con el sector de los metales (como la construcción), de la otra. Esta Guía pretende ser una herramienta de consulta, reflexión y trabajo para los responsables de estas empresas recuperadoras, para que incorporen criterios ambientales en su gestión, así como para presentar oportunidades de prevención de la contaminación que puedan aplicar en su día a día.
Los residuos férricos (fundamentalmente el hierro, el acero y los residuos de la fundición) son muy valorados para el reciclaje, ya que ahorran, por un lado, una gran cantidad de energía (aproximadamente el 62%) respecto a la producción con el mineral del hierro, y, por otro, una gran cantidad de agua. El acero es el material más reciclado del mundo, incluso, más que el aluminio, el plástico y el vidrio sumados. El acero es completamente reciclable al final de la vida útil del producto y podría ser reciclado un número ilimitado de veces sin perder mucha calidad, ya que se degrada muy poco. Por cada tonelada de acero que se recicla, se ahorra una tonelada y media de mineral de hierro, unos 500 kilogramos del carbón que se utiliza para hacer el coque, un 70% de energía y un 40% de agua.
Los residuos no ferrosos (como el aluminio, el cobre, el magnesio, el plomo, el estaño, el zinc y el níquel) también tienen un gran valor económico, ya que su recuperación ahorra grandes cantidades de materias primas que, en este caso, tienen un precio elevado y que son difíciles de extraer. En este grupo de metales el más reciclado es el aluminio, que se puede reciclar indefinidamente y que, cuanto más veces se recicla, menor es el consumo energético necesario por kilogramo.
La Guía recoge un conjunto de oportunidades de mejora orientadas a minimizar los posibles impactos ambientales que tienen las instalaciones de reciclaje de metales. Algunas de las propuestas son la formación del personal, la certificación de sistemas de gestión ambiental, la minimización y eliminación del polvo generado en los procesos de reciclaje, los controles de calidad de los residuos a la entrada de la instalación, el mantenimiento y reglaje de la maquinaria, la impermeabilización de las zonas donde exista riesgo de derrame o contaminación, la implantación de sistemas de aislamiento para las operaciones de gran generación de ruido, la evaluación de los riesgos y la aplicación de controles, la minimización o sustitución de los materiales agresivos con el medio ambiente, etc.
La publicación de esta Guía es, pues, una apuesta clara, tanto de la Agencia de Residuos de Cataluña como del Gremio de Recuperación de Cataluña, para modernizar el sector y mejorar su competitividad, aplicando mejoras técnicas profesionales, modernizando las instalaciones ciones, y poniendo un especial énfasis al impacto ambiental de las actividades de recuperación. De hecho, el marco de colaboración entre la Agencia de Residuos y el Gremio de Recuperación tiene una larga trayectoria que data de 1998 y anteriormente ya se han editado otros Guías de buenas prácticas, como la centrada en la recuperación de palés y embalajes de madera, y la centrada en los vehículos fuera de uso.
Enlace a la Guía (PDF)