La Universidad del Pais Vasco investiga sobre el uso de la pirólisis en el reciclaje de neumáticos
La fabricación de neumáticos requiere un gran gasto de energía y de materias primas. Además, supone un importante problema medioambiental una vez fuera de uso, porque al estar diseñados para resistir cualquier tipo de adversidad, son muy complicados de eliminar. La química María Felisa Laresgoiti ha optado por estudiar el proceso de pirólisis, tanto para recuperar parte del gasto energético y material de la fabricación como para solucionar el problema de su eliminado.
La pirólisis es el calentamiento en ausencia de oxígeno, lo cual sirve para descomponer los neumáticos y reutilizar dichos componentes. Con los resultados obtenidos, Laresgoiti ha presentado su tesis en la UPV/EHU, titulada "Reciclado Químico de Neumáticos mediante Pirólisis".
Laresgoiti hizo uso de un reactor de lecho fijo (uno o más tubos empacados con partículas que aceleran el proceso de reacción, en vertical) de 3,5 litros de volumen, y garantizó la ausencia de oxígeno que requiere la pirólisis mediante barrido con nitrógeno. Después de diversas pruebas, concluyó que a partir de 500 grados y con 30 minutos de tiempo de reacción, la descomposición de la materia orgánica del neumático es completa.
Dicha descomposición genera un 40 % de líquidos y un 16 % de gases, utilizables como combustibles y/o fuentes de materia prima. El 44 % restante que queda tras el proceso es materia sólida inorgánica.
Materia Orgánica
Los líquidos resultantes de la pirólisis son una compleja mezcla de productos orgánicos que pueden cumplir la misma función que algunas fracciones derivadas del petróleo, por lo que son utilizables como alternativa a los combustibles fósiles. Por ejemplo, pueden sustituir al fuelóleo en algunos casos, aunque el elevado poder calorífico del líquido obtenido y su alto contenido en nitrógeno y azufre prohíben su uso comercial generalizado.
Estos líquidos también pueden utilizarse en parte como gasolina comercial, gasóleo comercial de automoción y gasóleo comercial de calefacción. Sin embargo, tampoco en este caso cumplen por sí mismos las especificaciones legales exigidas, por lo que habría que someterlos a tratamiento o mezclarlos con otras fuentes.
Por otra parte, además de como combustible estos líquidos son válidos como fuente de diversos compuestos químicos valiosos, como el estireno (se utiliza, por ejemplo, en la síntesis de materiales plásticos) o el limoneno (se usa como disolvente biodegradable, entre otras cosas).
Aparte de los líquidos, los gases también forman parte de la materia orgánica obtenida a partir de la pirólisis de los neumáticos. Éstos están compuestos fundamentalmente por hidrocarburos, y sus elevados poderes caloríficos los convierten en una importante fuente energética. Dicha fuente no sólo es suficiente para autoabastecer el proceso, sino que queda un excedente que puede ser valorizado energéticamente.
Materia inorgánica
El 44 % restante del producto resultante de la pirólisis de neumáticos es inorgánico. Se trata de materia sólida, y permanece prácticamente inalterable respecto a las dimensiones y forma de las piezas antes del proceso. Dicho material es fácilmente disgregable en negro de humo (hollín), filamentos y cordones de acero del neumático, y éstos pueden ser reutilizados o reciclados independientemente.
La autora, María Felisa Laresgoiti Pérez (Llodio, 1964), es licenciada en Ciencias Químicas. Ha redactado la tesis bajo la dirección de Isabel de Marco Rodríguez y Juan Andrés Legarreta Fernández, ambos catedráticos del Departamento de Ingeniería Química y del Medio Ambiente de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbao (UPV/EHU). Precisamente, es en este departamento donde la investigadora ha llevado a cabo el trabajo. En la actualidad, Laresgoiti es técnico especialista de laboratorio en la misma UPV/EHU.