En octubre de 2010, la Comisión advirtió a la empresa de nuevo, amenazando con sanciones que superaban los 20.000 euros al día desde la primera sentencia de la Corte Europea y casi 200.000 euros diarios desde que se dictase la segunda. Así se consiguió una promesa por parte de Italia de la limpieza total de la zona antes de marzo 2011. En el proceso se desencadena una carrera para la descontaminación de Pioltello-Rodano y de sus residuos de nerofumo, para los que se buscan un tratamiento con la mayor calidad marcada por los estándares ambientales europeos.

En febrero de este año, a un par de kilómetros de Nerva, Huelva, junto al embalse de Jarrama vuelca un camión cargado de residuos italianos de color negro, denominado nerofumo. El destino de los mismos era la planta de Befesa en esa localidad. Un vertedero que está en funcionamiento y consiguiendo autorizaciones desde 1998, a pesar de la oposición ciudadana y de las denuncias ecologistas por mal funcionamiento.

Ante la situación que se presentaba, Greenpeace pregunta a la Junta de Andalucía sobre el tipo de residuos y qué clase de autorización tienen. La respuesta es que se trata de 60.000 toneladas de residuos no peligrosos. Ante la insistencia de la organización ecologista para contrastar esa información con la del Ministerio de Medio Ambiente italiano, se produce un silencio por parte de la administración.

Sin embargo, los camiones siguen entrando en la planta de Befesa y descargando el nerofumo en un vertedero con bidones, bolsas y muchos más residuos. Un vertedero que está inundado.

Ahora, Greenpeace ha solicitado una solución satisfactoria al Comisario Europeo de Medio Ambiente, que el lunes presenció en Milán las labores de limpieza y que ayer se reunía con los ecologistas en Roma.