En noviembre concluirá el sellado definitivo del vertedero de Zurita (Cantabria)
Hace cuatro años ya se efectuó la primera fase de sellado de más de la mitad del vertedero, concretamente la zona oeste, y tras el cierre en el año 2014 se procede ahora a completar el proceso. La obra supondrá el movimiento de tierras y acondicionamiento de la zona para posteriormente proceder a su impermeabilización y la colocación de tierra vegetal. Con la señalización, la colocación de cierres y la preparación de caminos, la obra quedará concluida. De esta manera se reducirá la generación y posterior tratamiento de lixiviados procedentes de la escorrentía de aguas de lluvia.
Según apuntan desde Mare, "ha habido una modificación del contrato en el que se han reajustado las fechas y se ha concedido una ampliación de plazo de dos meses pasando la finalización del contrato a mediados de noviembre, debido a que en los primeros meses del año el rendimiento del trabajo ha sido muy bajo debido al tiempo y al tipo de trabajo y terreno donde se desarrolla". Sin embargo, no conllevará un aumento del coste.
RECONVERSIÓN
El vertedero de El Mazo ya contaba a finales de 2012 con un 80% de los residuos sellados. La superficie final será de 15 hectáreas, la totalidad de los terrenos que ocupa. Esta obra, obligada por la normativa vigente, comenzó a realizarse en abril de aquel año. Pese a que el vertedero dejó de funcionar como tal en 2014, su capacidad ya estaba agotada en el año 2004 pero que se fue estirando y estirando a la espera de que el vaso de Carceña entrara en funcionamiento. Actualmente las instalaciones siguen en uso. El Gobierno de Cantabria, a través de la empresa Mare y con una inversión de un millón de euros, ha dado un giro al vertedero transformando el tratamiento de inertes que funcionó durante décadas en otro de recogida y procesamiento de papel y cartón, aparatos eléctricos y electrónicos, y materiales que puedan servir como combustible.
Tras el cierre del vertedero de inertes, el Mazo trabajaba sobre dos ámbitos, el primero en la planta de transferencia de residuos sólidos urbanos, que posibilita la eficiencia en el transporte hasta el vertedero de Meruelo de 38.000 toneladas de residuos de la comarca del Besaya; y el segundo en el centro de recuperación y reciclaje de envases.