Así es la hoja de ruta de la ONU para reducir la contaminación por plástico
La ONU ha creado una hoja de ruta para orientar el tratado mundial contra la basura plástica que los países se comprometieron a crear para 2024. El objetivo es reducir un 80% estos desechos en 2040 que, actualmente, suman más de 300 millones de toneladas anuales. De ellas, algo más de 100 millones acaban como basura tirada en cualquier parte.
La idea es “reducir el tamaño del problema”, explica el trabajo del Programa de Medio Ambiente de la ONU (PNUMA). “Es posible esa reducción si los gobiernos y las empresas hacen los cambios de políticas y mercado profundos”, añade. Entre los “cambios” que señala el PNUMA, destacan “promover el uso de botellas rellenables, la venta a granel y los sistemas de devolución de depósito” (devolver el casco para recuperar una pequeña cantidad de dinero por cada uno).
El planeta tiene un problema con la contaminación por plásticos. “Cada año se producen 430 millones de toneladas de plásticos de los que dos tercios son productos efímeros que pronto se convertirán en desperdicio. 139 millones de toneladas en 2021 fueron objetos de un solo uso”. Es un negocio un poco ruinoso si se atiende a que “el 95% del valor agregado de los envoltorios de plástico se pierden al utilizarse solo una vez”. Es decir, casi todo ese valor económico, simplemente, se tira a la basura a las primeras de cambio. Es una realidad tan evidente que los países representados en la ONU acordaron en marzo de 2022 crear un tratado “legamente vinculante” para frenar este foco de basura.
El PNUMA pide que una serie de acciones se incorporen a ese tratado para obligar a países y empresas y de esa manera cumplir el objetivo de atajar esta fuente de contaminación. La reutilización por sí misma puede rebajar un 30% del problema, dice la ONU. Ataca a los plásticos, sobre todo envases, de un solo uso, es decir, de usar y tirar. Por eso se refiere a implementar esos sistemas de retorno, fabricar botellas que se rellenen y que haya venta a granel para reutilizar todos esos envases en lugar de que los ciudadanos se deshagan de ellos para comprar de nuevo.
En el área del reciclaje, la hoja de ruta propone retirar los subsidios a los combustibles fósiles [la materia prima de casi todos los plásticos] “que hacen más barato el plástico virgen que los materiales reciclados”. También propone que haya un mínimo de plástico reciclado como cláusula para los contratos de suministros con el sector público. El trabajo considera que pueden sustituirse envoltorios, bolsitas y paquetes para llevar que actualmente están fabricados con plásticos por otros materiales.
Con todo, y para dar idea de la dimensión, los cálculos de la ONU son que, incluso recortando la basura un 80% de aquí a al año 2040, todavía habrá que gestionar 100 millones de toneladas de desechos de plásticos de vida útil corta. Además, quedarán los microplásticos que desprenden los neumáticos, las telas y los productos de higiene personal lo que requerirá “mejoras en los diseños, nuevos filtros en las lavadoras y la prohibición de que se añadan esos microplásticos en cosméticos”, advierte el organismo.
[Este contenido ha sido readaptado de El Diario. Lee el original aquí]