La recogida de plásticos y metal, la que más se ha incrementado, ha subido un 10,3% respecto al 2021, gracias a la ampliación de los residuos permitidos en los contenedores amarillos de Barcelona. Ahora se pueden tirar plásticos y metales aunque no sean envases, como sartenes o cubiertos, entre otros.

La reutilización o reciclaje de residuos reduce la emisión de gases. Por eso las diferentes administraciones han fijado objetivos para los próximos años. El reto es llegar al 55% en el año 2025 y al 65% en el 2035.

Incrementar y mejorar la recogida selectiva de residuos también supone un ahorro económico para las familias. Los municipios que separan bien pagan hasta tres veces menos. La tasa oscila entre los 50 y los 107 euros por hogar y año.

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