España adelanta a la UE en producción sostenible de acero: el 75% es totalmente circular
El acero es uno de los materiales esenciales del sector industrial y de nuestra economía. No en vano, por poner un de ejemplo, en 2021 se produjo 1.951 millones de toneladas métricas de acero crudo, una cifra que adquiere relevancia si tenemos en cuenta que en 2010 la producción fue de 1.433 millones de toneladas, según la World Steel Association. En este entorno, no obstante, la producción de este material debe volverse más sostenible y encaminarse hacia el objetivo de neutralidad de emisiones que la UE fija de cara a 2050.
¿Qué método es el más utilizado? Es aquí donde España le lleva una clara ventaja a la Unión Europea: según la Asociación Europea del Acero (Eurofer), la UE produce el 57,4% de su acero en altos hornos (más contaminantes, al generarse en plantas siderúrgicas que usan carbón) y el 42,6% en hornos de arco eléctrico con bajas emisiones; mientras que, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, España eleva hasta el 75% las cifras en los hornos de arco eléctrico.
Precisamente, y merced al uso del sistema de hornos de arco eléctrico, Celsa Group ha reducido las emisiones de CO2 (de alcance 1 y 2) de todas sus plantas de producción en Europa en un 22% desde 2015 y las situó en 2021 en 263 kg de CO2/t de acero, un 36,8% por debajo de la media del sector siderúrgico de la Unión Europea. La compañía ha publicado su memoria de sostenibilidad 2021, en la que recoge que el año pasado produjo 6,6 millones de toneladas de acero y evitó la extracción y consumo de 13,1 millones de metros cúbicos de recursos naturales, el equivalente al volumen de 12,5 edificios como el Empire State Building, si lo comparamos con la misma producción de acero pero mediante el sistema de altos hornos.
Realizando la misma comparación, el grupo evitó en 2021 el consumo de 17 millones de metros cúbicos de agua, comparable con el consumo de una ciudad de 350.000 habitantes durante un año, y el consumo de 16.700 GWh/año de electricidad, que es más que el consumo de electricidad de Madrid y Barcelona juntas durante un año. Con el sistema de hornos de arco eléctrico, se parte de chatarra férrica como materia prima, que es fundida en el horno para obtener el acero. Se trata de un método de producción circular y significativamente más sostenible, ya que libera nueve veces menos CO2 a la atmósfera que la primera técnica. Además, al fabricar con chatarra reciclada en lugar de mineral de hierro, se combate el riesgo de agotamiento de recursos naturales y, entre otros, se reduce alrededor del 40% el consumo de agua.
[Este contenido ha sido reelaborado a partir de El Confidencial. Lee el original aquí]