La basura, el eterno problema que desborda una caldera volcánica en Lanzarote
Una caldera de Lanzarote alberga el principal vertedero de la isla. El Complejo Medioambiental de Zonzamas se levantó hace décadas en Teguise. En los últimos años se ha modernizado y ampliado. Sin embargo, la cantidad de residuos generados en este pequeño territorio de 150.000 habitantes ha convertido estas infraestructuras en insuficientes. Las últimas cifras sobre residuos domésticos publicadas por el Centro de Datos insular revelan que en 2022 se generaron en total 101.216,61 toneladas de basura.
A los desechos que generan los residentes lanzaroteños se suman los que proceden de la actividad turística, que solo el año pasado movió a casi 3 millones de visitantes. En 2020, cuando Canarias cayó en un cero turístico provocado por la crisis de COVID-19 y el cierre de fronteras, los residuos domésticos producidos cayeron a 82.547,46 toneladas, un 22% menos. En 2021, a medida que la isla iba recuperándose como destino turístico, la basura volvió a crecer hasta 85.160 toneladas en un año.
Estos números evidencian “el peso de la actividad turística”, subraya el informe de capacidad de carga turística de Lanzarote. Este estudio pone sobre la mesa la generación de residuos como uno de los factores a tener en cuenta para declarar la isla como zona turísticamente saturada. “El agotamiento de la capacidad del complejo de Zonzamas en un futuro relativamente próximo constituye un importante factor limitante de la capacidad de carga”, alerta el documento.
El informe, encargado por el Cabildo insular a Gaia Consultores Insulares SLU, sostiene que la producción total de residuos en Lanzarote presenta índices muy altos, con medias superiores a la de Canarias. ‘’La evolución de los residuos domésticos se ha estabilizado e incluso es decreciente, a lo que se suma la evolución positiva de la recogida selectiva, en gran parte debido a la población, ya que el compromiso del sector turístico en general continúa siendo muy bajo“, apunta.
El Plan Integral de Residuos de Canarias ya advirtió que, pese a la reciente renovación de las instalaciones de Zonzamas, la elevada producción de residuos y el importante incremento futuro de las cantidades recogidas “hace necesario planificar la adaptación de las instalaciones a las futuras capacidades demandadas”.
En los alrededores del vertedero es habitual encontrar plásticos y basuras que vuelan con el viento desde el interior del complejo. En los últimos días, unas imágenes grabadas por un ciclista que paseaba por la zona despertaron la indignación de los residentes. El viento termina arrastrando estos restos que, en algunos casos, acaban en la ciudad, en los pueblos o incluso en el mar.
Las advertencias llevaron al área de Residuos del Cabildo de Lanzarote a organizar una batida de limpieza el pasado 17 de julio. En este operativo se recogieron miles de bolsas y otros desechos de plástico que sobrevolaron la caldera de Zonzamas. Todos estos restos se quedaron en las laderas de los pueblos de Argana, San Bartolomé y Tahíche. “No podemos permitir que una isla Reserva de la Biosfera luzca así”, coincidieron los representantes del gobierno insular que se desplazaron a la zona.
El responsable del área de Residuos, Domingo Cejas, insistió en que el Complejo Ambiental de Zonzamas recibe la práctica totalidad de los residuos no peligrosos generados en Lanzarote y La Graciosa. Además, reconoció las deficiencias y necesidades que presenta el vertedero. Para paliar estas carencias, el Cabildo pretende iniciar en septiembre obras de mejora, pero aún están a la espera de la licencia.
Uno de los principales problemas pendientes de solucionar es la basura que vuela por la isla como consecuencia del viento. “Para evitar que esas bolsas sigan saliendo del complejo el sistema cambiará. Toda la materia orgánica de rechazo, los residuos que no son aprovechables, se unirán en lo que se llama una bala. Son bloques que se amarrarán con alambres y se colocarán en las celdas para que la maquinaria no tenga que estar manipulando esa materia”, explica el responsable de Residuos.
Cejas recuerda que los trabajos tendrán entre seis y nueve meses de ejecución, por lo que se prevé que el nuevo sistema comience a estar operativo en el primer trimestre del próximo año. El responsable también insiste en la necesidad de cumplir con la normativa europea en materia de residuos e insta a reducir la cantidad de basura que se genera.
[Este contenido procede de El Diario. Lee el original aquí]