Los fondos de inversión desembarcan en el sector de residuos y limpieza urbana
Apax, Apollo, Platinum, Portobello o Morgan Stanley Infrastructure Partners. Estos nombres de resonancia por lo general anglosajona –el último de ellos es español– corresponden a algunas de las firmas de inversión y capital riesgo que desde hace un par de años espigan en la basura de las grandes ciudades españolas en busca del negocio que otros ya no quieren. Apuestan por los servicios de residuos y medio ambiente que casi al unísono han decidido poner en venta las grandes constructoras, y lo hacen convencidas de su rentabilidad.
Este verano se han producido dos operaciones que confirman la agitación en la que vive esta actividad y que, de paso, dan un vuelco a la contratas de la ciudad de Barcelona. El fondo de infraestructuras de Morgan Stanley compró a Sacyr por 425 millones de euros Valoriza Servicios, que gestiona uno de los tres lotes de basuras de la capital catalana, valorado en 400 millones de euros. Poco después fue un inversor francés y no un fondo, en este caso Paprec, el que compró a la leridana Sorigué la filial CLD, que también gestiona uno de los lotes de limpieza viaria de Barcelona.
El negocio de la limpieza es ingrato porque es muy intensivo en personal y requiere una gestión compleja. Por eso, constructoras como ACS, Ferrovial, Sacyr, FCC y OHLA han vendido sus divisiones de servicios o lo están haciendo para enfocarse en áreas más rentables como las concesiones. Fuentes del mercado indican que Acciona también podría plantearse la venta de su filial.
Un informe reciente de Scope Group muestra que las grandes constructoras españolas han vendido activos por 7.000 millones en los dos últimos años para reducir deuda y centrarse en negocios con márgenes más elevados. De este importe, la mayor parte corresponde a los servicios, con la limpieza y la basura en primera línea.
Es en este punto en el que entran los fondos de inversión. Fuentes de un banco de inversión explican que estas firmas están muy interesadas en las filiales que desechan las empresas porque les da acceso también a infraestructuras de reciclaje y a los proyectos de economía circular. Se trata de comprarlos a buen precio y luego agruparlos en una nueva sociedad, como ha hecho Portobello con Serveo, conformada con activos de Sacyr y Ferrovial.
Los cambios de dueño implican también el traslado de un ejército de trabajadores, cuyos contratos quedan subrogados en las mismas condiciones. La operación de Sorigué, que también afecta a Lleida y Tarragona, hará que 1.500 trabajadores cambien de uniforme. Valoriza, vendida a Morgan Stanley, emplea en toda España a casi 20.000 personas.
A comienzos de junio, FCC vendió al fondo de inversión de los pensionistas canadienses, CPP Investments, el 24,9% de su filial de servicios medioambientales por 965 millones con el objetivo de dedicar los ingresos a crecer. La operación replica la realizada en el 2018 con Aqualia, de la que vendió un 49% al fondo australiano IFM, el mismo que entró en Naturgy, por 1.024 millones de euros.
Hace dos años, Ferrovial vendió a la alemana PreZero su negocio de medio ambiente por 1.133 millones, lo que incluye 16.000 empleados dedicados a la recogida, tratamiento y reciclaje de residuos. Ese mismo año, el fondo estadounidense Platinum compró Urbaser por 3.500 millones de euros, propiedad de la china Tianying y, anteriormente, de ACS. Apax y Apollo fueron algunas de las firmas que pujaron en el proceso.
El baile de operaciones también afecta al milmillonario contrato de recogidas de basura de la ciudad de Madrid, adjudicado el año pasado. El mayor paquete, de 500 millones, se lo llevaron FCC y la firma de inversión que ahora lleva como socio. Valoriza, recién adquirida por Morgan Stanley, participa en otro de los lotes, al igual que Urbaser y PreZero.
[Este contenido procede de La Vanguardia. Lee el original aquí]