SDDR: ¿por qué levanta ampollas el sistema de reciclaje que triunfa en Europa?
Ecoembes está presente en casi todas las ciudades y, como principal gestor de residuos de España, tiene un gran poder sobre los sistemas implantados. Por Europa se extiende un nuevo sistema, que entrará en vigor en al menos 19 Estados de cara a 2025, pero el gigante del reciclaje español es reticente a su implantación. Sin embargo, el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno, conocido como SDDR, podría llegar igualmente a nuestro país si el próximo 31 de octubre el Ministerio para la Transición Ecológica falla contra los datos de la compañía.
El SDDR consiste, básicamente, en el cobro de un pequeño sobrecoste al consumidor que es reembolsado al devolver el envase (botella de plástico de hasta tres litros y sus tapones), que a su vez vuelve a la cadena de producción. De esta manera, aseguran los defensores de este sistema, se garantiza la recogida y se evitan los fallos del reciclaje voluntario. No obstante, Ecoembes defiende a ultranza los Sistemas Colectivos de Responsabilidad ampliada del Productor (SCRAP), traducidos en los diferentes contenedores conocidos por la ciudanía.
Ecoembes defiende que el sistema actual es “más eficiente para cumplir los objetivos de reciclado, ya que estos objetivos afectan al total de residuos de envases y los SDDR solo se enfocan al reciclado de latas y botellas de bebidas”. No obstante, la Ley de Residuos aprobada en 2022 ha interpuesto unos objetivos tangibles de recogida y reutilización de determinados envases, requisitos establecidos por la directiva europea sobre plásticos de un solo uso, y las últimas investigaciones y auditorias independientes realizadas apuntan a que los datos de la compañía de reciclaje podrían no corresponderse con la realidad.
Los objetivos establecidos por la directiva europea están fijados para 2025 (77% de recogida Botellas para bebidas de hasta tres litros de capacidad, incluidos sus tapas y tapones) y 2029 (90%). A su vez, España cuenta con revisiones también en 2023 (70%) y 2027 (85%), fechas en las que de no cumplirse los objetivos se procedería a la aplicación obligatoria de SDDR para conseguir llegar a los plazos europeos, tal y como establece la Ley de Residuos y el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases.
El Ministerio del que se despide Teresa Ribera, que pone rumbo a Europa para ser vicepresidenta y comisaria de Transición y Competencia, es el encargado de auditar los datos, con el método europeo, del gigante del reciclaje español, que asegura estar cumpliendo los objetivos, pese a que diferentes investigaciones apuntan lo contrario. La decisión oficial sobre las cifras relativas a 2023 llega en poco más de un mes, el 31 de octubre, y el reciclaje de plástico podría cambiar para siempre si se determina que los objetivos no se han cumplido.
“Los objetivos que marca la ley siempre deben estar por encima de cualquier debate sobre sistemas de recogida selectiva, y el mejor sistema siempre será el que contribuya a alcanzar los objetivos de la manera más rotunda y eficiente”, asegura Ecoembes. Si bien también defiende el modelo actual del contenedor amarillo. “Mediante el incentivo y la tecnología, está preparado para recuperar en los próximos años las botellas de bebidas de plástico que marca la legislación”, aseguran, presumiendo de la progresión experimentada en los últimos años.
¿Son los datos de Ecoembes reales?
“La buena evolución de los últimos años y las estimaciones para los próximos, invitan a ser optimistas y seguir trabajando en la misma línea que hasta ahora”, zanjan. Sin embargo, diversos actores apuntan a que esto es falso. Así lo hizo el Govern Balear que, a través de una auditoría, señalaba al organismo en 2020, apuntando que solo reciclaba el 25%, pese a que aseguraban llegar al 65%. El último informe que apunta en esta dirección es el realizado por la consultora británica Eunomia, impulsado por organizaciones ecologistas nacionales e internacionales.
El estudio apunta que de todas las botellas de plástico de bebidas de menos de tres litros que se ponen en el mercado en España solo el 36% se recogieron de manera separada en 2021, muy lejos del 71% que defiende Ecoembes y con el que habría cumplido los objetivos de 2023 con dos años de antelación. Desde Greenpeace, uno de los principales denunciantes de las prácticas de “falseado” y “ocultación” de datos, denuncian que “Ecoembes lleva años trabajando para que en nuestro país no se pueda tener un sistema para devolver el casco”.
La ONG expone que han conseguido que no se implanten SDDR a través del “lobby político” y la “presión”. “Han funcionado las puertas giratorias con políticos que terminan siendo presidentes de asociaciones de envasadores; han financiado cátedras universitarias y estudios manipulados, creado plataformas y perfiles en redes; han pagado publicidad y secciones en periódicos, radios y a organizaciones”, enumeran. Todo ello, aseguran, porque “que las empresas que forman Ecoembes no están dispuestas a pagar lo que realmente cuesta recuperar todos los envases que ellas mismas ponen a la venta”.
[Este contenido procede de El Plural. Lee el original aquí]