300.000 metros cúbicos de lodos contaminados son investigados en el Parque Regional del Guadarrama
En la presa del río Aulencia, ubicada entre los municipios de Colmenarejo y Valdemorillo y dentro del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama, hay 300.000 metros cúbicos de lodos contaminados con metales y materia orgánica que ocupan el 80% del embalse. En 2006, la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), organismo del Ministerio de Medio Ambiente y responsable de su mantenimiento, anunció que estaba estudiando el mejor sistema para la eliminación de los residuos. Pero hoy en día, el fango tóxico continúa a dos kilómetros por debajo de la potabilizadora del pantano de Valmayor y enn sus orillas siguen también los carteles que prohíben el baño.
Se ha abierto una investigación de oficio en La Fiscalía Medio Ambiente de Madrid, que trata de concretar la procedencia de los lodos y las razones por las que se produjeron.
En el 2005, un informe del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), advirtió del estado de las aguas, ya que se detectaron restos de 12 metales (como cadmio, cromo, cobre, hierro o manganeso), 74 contaminantes (derivados de jabones, hidrocarburos, disolventes y productos textiles, entre otros) y 31 compuestos en el residuo sólido, como hidrocarburos o azufre. Los residuos habían inutilizado el estanque, eliminando la fauna piscícola, además de producir malos olores.
Del análisis de los compuestos se extrae que éstos, añadía el texto, “parecen corresponder” a restos de la estación potabilizadora que trata las aguas del embalse de Valmayor y de las residuales de Colmenarejo. La CHT realiza periódicamente controles de la calidad físico-química de las aguas de la presa, donde se aprecia que el exceso de concentración de manganeso se ha ido reduciendo hasta llegar a cero en la última campaña, “posiblemente debido a la no remoción de fangos”. Al mismo tiempo, fuentes del organismo indican que la "carga contaminante del embalse no se transmite por vía subterránea y que el estado ecológico del tramo fluvial del río ubicado aguas abajo de la presa es calificado como bueno o muy bueno. Tampoco existe peligro en cuanto al abastecimiento de agua potable, porque los municipios ya no se nutren del embalse".
“Teóricamente los lodos se quedan abajo, pero cuando hay lluvia fuerte o tormenta las aguas rebosan y salen aguas abajo”, mantiene Carlos González-Amezúa, concejal de Alternativa por Colmenarejo y miembro de Ecologistas en Acción. Se queja de que: “El fango sigue ahí a pesar de las denuncias que se han interpuesto a lo largo de los años". Santiago Martín Barajas, de la misma organización conservacionista, añade que si la presa se rompiera por el empuje los lodos, estos invadirían el cauce del Aulencia, afluente del Guadarrama, que desemboca en el Tajo. “Sería un desastre”, asegura.
Via: El País