8 tips fáciles para reciclar correctamente en casa (sin excusas)
"Es que no tengo espacio", has dicho alguna vez. "Es que tengo criaturas en casa", has oído decir. "Es que no sabría ni para dónde empezar", murmuran desde el fondo. Las excusas son muchas, pero planeta habitable desgraciadamente solo hay uno, y hace falta que lo cuidemos entre todos y todas. Si hasta ahora no tenías el reciclaje y la reutilización como dos prácticas indispensables en tu día a día, no te preocupes: hemos reunido unos consejos básicos para que te animes a dar el paso para mejorar el entorno que te rodea.
1. Lee las etiquetas de los envases
El etiquetado, aparte de contener información como la fecha de caducidad, en el caso de los alimentos, la manera más adecuada de utilizar el producto o de cocinarlo, o las advertencias de seguridad, en el caso de los productos de desinfección y limpieza, también nos indica qué materiales han sido utilizados en la fabricación del envase. A menudo, incluso nos dice en cuál de los diferentes contenedores que encontramos en la calle debemos verterlo.
2. Separa los residuos
Es importante que cada residuo que generamos sea separado para ponerlo a la fracción correspondiente. Los envases de plástico, con el plástico. El papel y el cartón, con el papel y el cartón. Lo mismo con las botellas de vidrio y con el rechazo: cada uno de ellos tiene que ir a su cubo correspondiente, o al separador pertinente dentro de un cubo de basura con diferentes compartimentos. Busca y encuentra un rincón en casa para que esta actividad se lleve a cabo sin alterar ninguna rutina doméstica. Separar bien los residuos contribuye a la lucha contra el cambio climático. Elaborar nuevos productos con materiales derivados de los residuos genera menos emisiones de CO2 que utilizando materias vírgenes de la naturaleza, favoreciendo el fomento de la economía circular.
3. Limpia los envases antes de tirarlos
Los restos voluminosos de comida tienen que al cubo del rechazo, pero sin tirar el envase que los contiene; este gesto sencillo nos facilitará el posterior proceso de reciclaje. Tenemos que ser cuidadosos, sin embargo, con aquellos envases que contienen productos de desinfección y limpieza: vaciar el contenido para limpiarlos en la pica de cocina puede ser contraproducente, porque estaríamos vertiendo químicos y tóxicos al agua. En caso de duda, hay que repasar el consejo #1. Hay que especificar, también, que en los casos del papel, el cartón y los envases ligeros, pueden ser tirados a su fracción correspondiente aunque estén un poco sucios. El papel, el cartón y los envases ligeros pueden ser tirados a su fracción correspondiente aunque estén un poco sucios.
4. Reduce el volumen de los envases
Uno de los principales dificultades que la ciudadanía encuentra a la hora de reciclar es la falta de espacio. Economizar el volumen de residuos, en este sentido, es primordial para no desistir en nuestra voluntad de poner nuestro grano de arena en un mundo más sostenible. Una tarea bien sencilla para que nuestros residuos no ocupen tanto espacio es chafar aquellos de más voluminosos, como las botellas y los bricks de plástico. También podemos meter las latas una dentro de otra. En el caso de las botellas demasiado duras, si no somos capaces de reducir las dimensiones, es recomendable tirarlas sin tapón, para facilitar el proceso de reciclaje. ¿Y qué hacemos, con el tapón? Pues al contenedor amarillo.
5. Identifica los residuos especiales
Las pilas y el aceite de cocina tienen contenedores específicos. También tienen los medicamentos, y es clave separarlos del resto de residuos y llevarlos hasta los puntos de reciclaje que encontrarás en tu farmacia de confianza. Los muebles también piden de un trato especial. Si quieres deshacerte de uno, puedes ponerte en contacto con tu servicio municipal, donde te informarán del procedimiento y la fecha más adecuada para coordinarte con el servicio de recogida de muebles. Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) son una tipología de remanentes muy susceptibles de ser preparados para la reutilización. A menudo, el consumidor sustituye sus AEE parcialmente dañados o en buenas condiciones, en lugar de hacer aquello más razonable: darlos una segunda vida y hacerlos útiles y valiosos durante mucho más tiempo o, si no hay más remedio, reciclarlos para recuperar los componentes y no tener que importarlos otros países.
6. No tires el aceite por el fregadero
Tirar el aceite de cocina por el fregadero no es nada recomendable: hace falta almacenarlo y llevarlo a un punto de recogida. Una buena manera de dar un segundo uso a los tarros de cristal a la vez que nos abastecemos de envases para almacenar, es verter el aceite cuando ya no podemos dar ningún uso más. Si tenemos aceite industrial y de moto y nos queremos deshacer, el procedimiento es el mismo; sí que tendremos, sin embargo, que separar el aceite dependiendo de su procedencia. Aquellos generados periódicamente en las actividades de mantenimiento —talleres de automóviles, puertos, mantenimiento de maquinaria agrícola— se denominan aceites industriales usados y son especialmente peligrosos.
7. Vierte los residuos al contenedor adecuado
Muy a menudo, son las cosas más elementales las que hay que refrescar y recordar de vez en cuando: ¿envases, latas y bricks? Tíralos en el contenedor amarillo. ¿Papel y cartón? Directos en el contenedor azul. ¿Botellas de vidrio? Siente como se hacen trizas al caer al contenedor verde. ¿Residuos orgánicos? Al contenedor marrón, por supuesto. ¿Y del resto, qué hacemos? Pues al contenedor gris, claro. Localiza los contenedores más próximos a tu casa para hacerte más fácil el proceso. Verter los residuos dentro del contenedor adecuado para facilitar su recogida y, de rebote, minimizar cualquier efecto contra la salud pública.
8. Haz red con familiares y conocidos
Reutilizar y reciclar no tienen que ser actividades privadas: hace falta que impliquemos a la gente de nuestro entorno, también a los más pequeños de la casa. En caso contrario, todo el procedimiento se acaba delegando en una única persona, cuando tendría que ser todo el núcleo de convivencia quien participe de todo el proceso. Generar conciencia es importante, y hacerlo más allá de los límites domésticos es más que recomendable: ¡anima a tus compañeros y compañeras de trabajo a sumarse al cambio!
[Este contenido ha sido reelaborado a partir de El Nacional. Lee el original aquí]