Con el fin del verano a la vuelta de la esquina, se clausuraron recientemente en la playa de la Malagueta las XVIII Jornadas del Mar, dedicadas a la concienciación y educación ambiental y centradas en las basuras marinas. El programa, organizado por el Área de Playas del Ayuntamiento de Málaga y el Aula del Mar, se inició el pasado 20 de agosto en la playa de la Miseriordia, trasladándose posteriormente a las playas de El Dedo, Pedregalejo, San Andrés y Guadalmar.

La concejala delegada de Servicios Operativos y Playas, Teresa Porras, junto con el responsable del área de Educación del Aula del Mar, Francisco López, informaron que más de 700 personas han participado en esta campaña, cuyo objetivo principal era atraer a los ciudadanos para que tuvieran una información veraz sobre el mantenimiento de la limpieza y la conservación de las playas.

Alrededor de un 20% de los que participaron en la iniciativa eran turistas nacionales y extranjeros, entre ellos muchas familias y niños. «No hay que incidir solamente sobre lo que no hay que hacer en una playa para no afectar a la vida marina, como el tema de las colillas o los plásticos que se convierten en microplásticos, sino que hay que informar también desde lo que podemos hacer desde nuestras casas, como incidir en el cuidado de las grasas, aceites fritos, toallitas o mascarillas», puntualizó López.

La finalidad de estas jornadas no es otro que sensibilizar a la ciudadanía y a los visitantes de las consecuencias negativas del cambio climático y la contaminación por plásticos sobre el litoral, con la pérdida de valor cultural, histórico, cultural o económico que ello supone. Además, el responsable del Aula del Mar recordaba que si no cuidamos la fauna marina, también sufrimos las personas, porque «nos alimentamos de ellos y de los microplásticos de su interior», admitió López. El mensaje que le da Teresa Porras a los malagueños y malagueñas es que «lo mismo que cuidas tu casa, que no tiras las colillas o las cáscaras de las pipas al suelo, es lo que se debe hacer en un espacio público como son las playas, que pagamos entre todos».

Las actividades se han realizado en dos carpas divididas en dos zonas: los puntos de información y la zona de talleres. El punto de información para los usuarios de las playas visitadas, en las que se ha dado información y repartido diversos folletos sobre los equipamientos de las playas, consejos para hacer un buen uso de las mismas, así como información sobre las actividades de la propia campaña.

La zona de talleres tiene una metodología de participación e implicación de los problemas ambientales, a través de actividades educativas que fomentan la adopción de comportamientos correctos que contribuyan a mantener el estado óptimo del litoral. Se han llevado a cabo actividades como recogida de colillas o plásticos, juegos de reconocimiento de especies marinas, simulaciones de primeros auxilios a especies marinas amenazadas, entre otros.

[Esta noticia fue publicada originalmente en Diario Sur. Lee el original aquí]