Las tres embarcaciones de las que dispone el Ayuntamiento de Barcelona para retirar elementos de la superficie del mar recogieron 62,7 metros cúbicos de residuos flotantes durante la temporada de baño de 2017, por encima de los 35,4 metros cúbicos que se reunieron en la de 2016. Este incremento se debe principalmente a las condiciones climatológicas, las corrientes y mareas y los restos vegetales de rieras, que llevaron a reforzar la recogida manual desde la arena en lugares donde las embarcaciones no pueden acceder, han detallado fuentes municipales.

La mayoría de los residuos retirados de la superficie del agua  (que se llevan a centros para su tratamiento) fueron plásticos, que representaron el 42%, mientras que otros residuos no clasificados (incluyendo productos de higiene personal) fueron el 27%; los cristales, el 14%; las maderas naturales, el 13%, y maderas manufacturadas, el 3%. 

El Ayuntamiento estima que cerca del 90% de los residuos flotantes provienen de la actividad humana, y destaca que pueden provocar importantes perjuicios económicos para la industria pesquera y turística y, especialmente, graves daños ecológicos. Recuerda además que, al flotar, estos residuos están sometidos a corrientes y al viento, por lo que pueden desplazarse considerablemente de su origen, y que, mediante procesos de degradación, pueden aumentar su densidad y hundirse, aumentando así la basura en el fondo marino.