Banyoles (Girona) renueva su paseo Dalmau y lo hace con un asfalto a base de residuos de plástico. Se trata de una iniciativa pionera en España, y todo parecen ventajas: su precio y resistencia son similares al del pavimento convencional, pero además, se prevé que tenga más durabilidad. Para asfaltar 1.580 metros cuadrados de suelo, se han mezclado 185 toneladas de alquitrán y 555 kilos de plástico. De esta forma, la obra ha conseguido reducir 860 kilos de dióxido de carbono que se habrían emitido a la atmósfera. 

El plástico utilizado en este tipo de asfalto hubiera ido a parar a los vertederos, por lo que una de las ventajas de utilizar este material supone reducir los gases de efecto invernadero. Según el consejero delegado de la empresa constructora Amsa, Lluís Agustí, "el plástico utilizado no se habría reciclado porque  está mezclado con otros elementos como por ejemplo el metal", por lo que, dice, "a los gestores de residuos no les sale a cuenta reciclarlos". 

Otra ventaja es que se reducen las emisiones de CO2 provocadas por el calentamiento del betún. "Si utilizamos alquitrán procedente de una refinería, tenemos que mantenerlo caliente", dice el consejero de Amsa. "En cambio, cuando el plástico se pone en contacto con el resto de materiales calientes, queda integrado sin necesidad de calentarlo", añade. 

Con esta mezcla, dejan de utilizarse 550 kilos de betún. "Es poco, pero con la cantidad de vías que hay en el estado, con este material podríamos reducir muchos residuos de plástico", explica.  Agustí también recuerda que si sustituyeran el método convencional a base de betún por el nuevo aglomerado, se alargaría la vida del residuo fósil, el crudo, que actualmente se encuentra en vías de extinción. 

"Estamos contentos y orgullosos de ponerlo en práctica en nuestro municipio y además con una empresa local", asegura Lluís Costabella, concejal de urbanismo del Ayuntamiento de Banyoles. Y añade: "Estamos convencidos de que no es un experimento, sino de que es algo probado y de que funciona". Además, desde el consistorio no descartan asfaltar otras calles del municipio. "Estamos muy convencidos de que cumplimos con la seguridad que requiere el asfalto de una vía pública", afirma el director de Amsa, "incluso mejoramos la resistencia y durabilidad de las carreteras", añade. 

Aunque la de Banyoles se considera la prueba pionera en el Estado, existe otra vía en Cataluña pavimentada con el mismo material. Se trata de la Carretera Vallensana en Montcada i Reixac, donde se colocaron 5.000 toneladas de asfalto, de las cuales 15 toneladas corresponden a residuos plásticos.  La constructora AMSA, con sede en Banyoles, trabaja en colaboración con la compañía británica MacRebur, que dispone de la patente mundial para producir este aglomerado asfáltico. 

[Esta noticia se publicó originalmente en Nius. Lee el original aquí]