Cómo afecta la huella del cambio climático en la cuenta de resultados de las empresas
El cambio climático no es una cuestión ecologista que apunta a un futuro lejano. Es una realidad, con grandes repercusiones económicas en la cuenta de resultados de las empresas. Y es que, en el mundo de la economía globalizada, la cadena de causa/efecto puede ser mucho más impredecible. Así, la sequía en el Canal de Panamá se tradujo en 15 millones de dólares en pérdidas debido a las medidas de reducción de carga a los barcos. La sequía en Brasil ha llevado a las entidades bancarias a prepararse para la más que inminente quiebra e imposibilidad de pago de créditos de empresas locales. Estos son solo ejemplos, pero la situación que se avecina hace que sea necesario un cambio radical en la filosofía de las empresas.
Si buscamos datos concretos, BIDInvest señala que 215 de las 500 corporaciones más grandes del mundo podrían tener que afrontar más de un billón de dólares en costes relacionados con el cambio climático a menos que tomen medidas anticipadas.
Esto es lo que indican las grandes consultoras y queda recogido en el estudio de Disclosure Insight action (CDP). El informe analiza las respuestas de las empresas en 2018 y se centra en la visión empresarial de los riesgos y oportunidades que pueden enfrentar el cambio climático y sus posibles implicaciones financieras. Algunas conclusiones concretas de dicho estudio:
- El 25% de las compañías que identificaron como “importantes” los riesgos, solo se centraron en los aspectos legales y no en los de mercados, reputación o tecnología relacionados con el clima.
- La mayoría de las empresas están evaluando únicamente los riesgos físicos y de transición potenciales que podrían afectar sus operaciones directas, pero no tienen en cuenta los riesgos que afectan a sus cadenas de suministro y clientes.
A la vista de estos datos parece que tenemos un enfoque muy limitado del riesgo, especialmente teniendo en cuenta los cambios en la tecnología y la dinámica del mercado en ciertos sectores. Por ello, CDP anima a los inversores y las empresas a tomar nota de estas dinámicas y ampliar sus prácticas de evaluación de riesgos climáticos si desean seguir siendo rentables en el futuro.
Buenas noticias: las oportunidades son mayores que los riesgos
El 51% de todas las compañías que participaron en la encuesta identificaron también oportunidades potenciales que podrían tener un impacto estratégico en su negocio. La mayoría de estas oportunidades están vinculadas a nuevos productos y servicios que afectan tanto al cliente, como a las partes operativas directas de la cadena de suministro. La eficiencia de los recursos y las fuentes de energía alternativas son los grandes “agentes ahorradores” de dinero identificados con mayor frecuencia.
225 de las 500 empresas más grandes del mundo destacaron que las oportunidades relacionadas con el clima representaron impactos financieros potenciales que totalizan más de 2,1 billones de dólares. La mayor parte de este impacto se debe al aumento potencial en los ingresos debido a la demanda de productos y servicios de bajas emisiones, así como a la posibilidad de una mejor posición competitiva frente a las cambiantes preferencias de los consumidores.
Si nos fijamos en España, y según datos de Ecodes y CDP en una encuesta en la que participaron 49 de las mayores compañías españolas por capitalización, el 41% de las empresas encuestadas integra el análisis de escenarios climáticos en su estrategia de negocios. También cabe destacar que el 92% de las empresas participantes cuentan con objetivos activos de reducción de emisiones de GEI. Sin embargo, señala que es necesario establecer objetivos de disminución de emisiones más ambiciosos y que sean reconocidos por la iniciativa Science Based Targets (SBTi)
CDP clasifica el progreso hacia el liderazgo de las empresas en materia de cambio climático, estableciendo cuatro estadios:
- Divulgación, que mide la exhaustividad de sus respuestas.
- Concienciación, cómo evalúa los problemas, riesgos e impactos ambientales en relación al negocio.
- Gestión, cómo ha aplicado las medidas, políticas y estrategias para abordar cuestiones ambientales.
- Liderazgo, que reconoce las mejores prácticas.
En función de ellas, las empresas reciben una calificación que va desde la “A “(liderazgo), la máxima calificación, a la “D” (divulgación). Las compañías que reciben una “A” (160 a nivel mundial y, de ellas, cuatro españolas) obtienen las máximas puntuaciones en las tres áreas analizadas por CDP: cambio climático, agua y bosques. Otros doce grupos nacionales lograron una “A- “.
Según la encuesta, casi una tercera parte de las empresas que facilitan sus datos a CDP ya han fijado o están públicamente obligadas a fijar su plan de reducción de emisiones ligados a los objetivos del Acuerdo de París. Esta cifra se elevará hasta el 53% en 2020, lo cual refleja que estos objetivos son un requerimiento habitual del mercado para las grandes empresas a nivel internacional.