Desarrollan una técnica de recuperación de tierras y aguas contaminadas basada en microorganismos del propio suelo
Investigadores del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología (Irnas) y el departamento de Microbiología y Parasitología de la Universidad de Sevilla (US) han desarrollado un producto a partir de un conjunto de microorganismos del propio suelo que permite la eliminación de diurón en menos de seis meses. Este herbicida ha sido muy utilizado en cultivos y, aunque actualmente está prohibido es responsable de contaminación de los suelos que aún persiste.
La nueva fórmula, según expone en una nota la Fundación Descubre, está basada en los llamados consorcios bacterianos degradadores, que son asociaciones de dos o más especies de microorganismos que actúan como una comunidad. Previamente aislados de los diferentes suelos agrícolas, no sólo los han caracterizado como atenuantes específicos del contaminante, sino que además han determinado su eficiencia debido a la capacidad para transformar el herbicida en minerales, lo que implica su completa eliminación sin dejar residuos. Los organismos vivos utilizaron el diurón como alimento, transformándolo en dióxido de carbono, agua y sales minerales. Mientras que el herbicida se elimina a razón del 0,34% en aguas y el 13% en suelos de manera natural, la nueva técnica ha conseguido una reducción de más del 65% y 42%, respectivamente, al ser inoculados con los consorcios microbianos aislados en el laboratorio junto a la ciclodextrina.
Estos resultados confirman la viabilidad para su aplicación a terrenos que suponen un potencial peligro para el medio ambiente. "El problema del diurón no se presenta únicamente por la carga tóxica presente en el suelo, sino porque es una vía de contaminación por la lluvia y la escorrentía que lo filtran y liberan a las aguas subterráneas, incluyéndolo en el ciclo hidrológico", explica el investigador del Irnas y responsable de la investigación Jaime Villaverde.
Los microorganismos son capaces de adaptarse a cualquier fuente de carbono, es decir, podrían llegar a asimilar cualquier compuesto orgánico y emplearlo como nutriente para obtener a partir de él la energía suficiente para su desarrollo. Esta versatilidad metabólica los convierte en perfectos candidatos a degradadores potenciales de contaminantes orgánicos presentes en suelos y aguas. Esta técnica se aplica también de forma efectiva para la eliminación de contaminantes orgánicos presentes en los lodos procedentes de depuradoras de aguas y que se consideran como emergentes, por ejemplo, fármacos.