Ecologistas advierten de posible riesgo ecológico en los vertederos de Tarragona
Ecologistas denuncian que algunos de los vertederos con más actividad de la provincia de Tarragona, como el de Tivissa o el de Reus, están “sobreexplotados” y denuncian lo que consideran que es un “control insuficiente” del riesgo de contaminación en los lugares donde están ubicados.
El Grup d’Estudi i Protecció dels Ecosistemes Catalans (GEPEC) denuncia que entidades de titularidad pública como la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) y la Agència Catalana de Residus (ARC) efectuan un “control insuficiente” de algunas de estas instalaciones, una acusación que la ACA desmiente categóricamente.
EL VERTEDERO DE TIVISSA, ¿SOBREEXPLOTADO?
Parte de las quejas del GEPEC sobre la falta de control público apuntan hacia el vertedero de Tivissa, un equipamiento público de gestión privada que opera la empresa Gestió i Recuperació de Terrenys (GRT) S.A. calificado para tratar residuos sólidos urbanos y de clase industrial 2.
La entidad ecologista asegura que la actividad de este equipamiento se ha triplicado desde 2010, pasando de 130.000 toneladas de residuos hasta los 322.000 toneladas que según la entidad se gestionaron en 2015 en esta localidad de la Ribera d’Ebre. “Consideramos desproporcionado el uso que se está haciendo de este equipamiento”, destaca la entidad ecologista, que apunta que el vertedero ha pasado “de resolver las insuficiencias de los residuos comarcales a transformarse en un macrovertedero industrial en continua ampliación que recoge residuos de toda Catalunya”.
“Semanalmente nos reunimos con la empresa que gestiona el vertedero para comprobar que todo está en orden”, asegura por su parte el alcalde de Tivissa, Jordi Jardí, que añade que la plataforma de gestión de residuos -una instalación que salió a relucir en la investigación de Jordi Pujol Ferrussola- cuenta con tecnología puntera de gestión de residuos y que “todo funciona con la máxima corrección”.
No obstante, Jardí, reconoce que “desconoce” qué tipo de controles aplica el ACA, pero defiende que este equipamiento ha servido para “solucionar muchos problemas” de residuos. “Es escandaloso que, bajo la bandera del ecologismo, algunos grupos puedan soltar barbaridades como afirmar que las cosas no se están haciendo de la manera correcta”, apunta el alcalde de la localidad, que defiende que el basurero industrial se ubica en una zona de cultivo de los vecinos del municipio que “nunca se han quejado”. En cambio, Jardí apunta que los problemas de contaminación sí pueden producirse en el antiguo vertedero de la población, cerrado en 2008.
¿CÓMO SE CONTROLA EL RIESGO DE CONTAMINACIÓN?
Portavoces del GEPEC aclaran que es importante que los vertederos con mucha actividad, como el de Tivissa o el de Reus, cuenten con el control de los organismos públicos para medir los niveles de lixiviados -la mezcla de las aguas de lluvia infiltradas en el depósito y otros compuestos procedentes de los procesos de degradación de los residuos- y hacer un correcto balance de piezómetros, el instrumento que se utiliza para medir la presión de poros o nivel del agua en las perforaciones.
En este punto, la entidad ecologista denuncia que en las dos instalaciones de carácter privado -CORSA es la empresa que gestiona el equipamiento de Reus- “no se realizan inspecciones oficiales por parte del ACA ni de la ARC sobre los piezómetros y los lixiviados y se delega toda esta tarea de análisis a los llamados autocontroles de la propia empresa”.
De este modo, el GEPEC sostiene que no habría información oficial completa y exhaustiva, con lo que no ve “valores concluyentes para asegurar que pueda haber contaminación”. Es más, considera que “al contar sólo con los análisis de las propias empresas”, hay que “poner un interrogante sobre el estado real de las aguas subterráneas”.
Por su parte, la ACA es tajante en cuando a la calidad de sus controles.“Entre los años 2010 y 2015 se han hecho controles anuales de todos los piezómetros de los dos depósitos y las analíticas las ha realizado el propio laboratorio de la Agencia de Residuos de Catalunya”, replican portavoces de la agencia pública. Al mismo tiempo, recuerdan que tanto el vertedero de Tivissa como el de Reus disponen de autorización ambiental y “han superado las inspecciones y controles ambientales, de lo que se desprende que no hay ninguna influencia de los depósitos sobre la calidad de las aguas subterráneas del entorno”.
¿DEPURADORA LOCALES AYUDAN A ELIMINAR RESIDUOS INDUSTRIALES?
Otro de los caballos de batalla para el GEPEC es el vertedero de Reus, también gestionado por una concesionaria privada. Los ecologistas remarcan que tienen conocimiento que la depuradora municipal “limpia parte de los residuos de origen industrial que se tratan en el vertedero”, una cuestión sobre la que los ecologistas hace tiempo que piden información al consistorio reusense sin que, aseguran, hayan obtenido aún respuesta. La entidad argumenta que hace unas semanas se les facilitó una analítica general de la depuradora pero “los datos no incluyen la partida de aguas con lixiviados procedentes del vertedero”, por lo que han solicitado de nuevo otro informe.
Por su parte, el ACA desmiente también esta acusación y sostiene que “en ningún caso durante estos años se han enviado lixiviados sin tratar a las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de Tarragona o Reus” y reiteran que los residuos procedentes de los vertederos “se tratan en plantas de gestión de residuos autorizadas”. Según la Agència Catalana de l’Aigua, las salidas a estas EDAR “son de las aguas que se generan en la planta de tratamiento de lixiviados instalada en el propio depósito controlado de Reus”.
La empresa que gestiona el vertedero también se pronuncia y sostiene que mantiene contactos regulares con el ACA para verificar el buen funcionamiento del equipamiento y que la actividad del vertedero no tiene ninguna afectación para las funciones de la depuradora local, ya que los líquidos que se envían a tratar a este equipamiento están “debidamente tratados previamente para evitar cualquier incidencia”.