El Consell de Ibiza asume que tendrá que trasladar sus residuos fuera de la isla a "largo plazo"
Desde la adjudicación en abril de 2003 de la explotación del vertedero de Ca na Putxa a la UTE Giref, ya se sabía que esta instalación tenía los días contados. Teóricamente, según los cálculos de los ingenieros, se prevé ahora que en el año 2029 se alcance el límite de su capacidad. El conseller insular de Medio Ambiente, Miguel Vericad, asume que "a largo plazo" habrá que enviar fuera de Ibiza la parte de la basura que no se pueda tratar en la isla, "la mínima fracción posible", ya que la explotación de otro vertedero resulta "imposible". "Queda fuera de toda duda la fuerte oposición social que habría en torno a la construcción de otro nuevo", reconoce.
Vericad explica que recientemente tuvo la oportunidad de comprobar in situ el ritmo "vertiginoso", sobre todo en verano, con el que se está llenando la celda número cinco. "A pesar de los cálculos de los ingenieros (sobre el periodo de colmatación de las instalaciones) espanta un poco. Es preocupante", admite el conseller.
A principios de este mandato, el conseller rehusó la posibilidad de trasladar los residuos a Mallorca para ser incinerados. No obstante, el Consell de Mallorca mantiene abierta la puerta a esta posibilidad en el caso de que sea necesario.
Debido al "elevado coste" de trasladar fuera el excedente de residuos, las instituciones de la isla tendrán que "redoblar esfuerzos en políticas de minimización, reutilización y reciclaje". Hay que tener en cuenta que actualmente, según los datos de recogida de residuos hasta agosto de 2016, se recupera entre el 16,5% (Santa Eulària) y sólo el 8,8% (Sant Antoni) de los residuos que se lanzan al cubo de la basura.
La Unión Europea exige que a partir de 2020 se reaproveche el 50% de los residuos, objetivo que, según admite Vericad, es "muy difícil de conseguir". "Si no se logra será un fracaso colectivo de los ciudadanos y las instituciones", resalta acto seguido.
LA PLANTA DE TRIAJE, LA PIEZA CLAVE
Sin la construcción y puesta en marcha de la planta de triaje, que acumula un retraso de más de una década, esta cifra se antoja utópica. Esta infraestructura tendrá la finalidad de separar los restos de los residuos sólidos urbanos que llegan a Ca na Putxa (lo que no se haya reciclado en los hogares o empresas) para reaprovechar la fracción orgánica mediante compostaje. Es la pieza clave para dar un impulso definitivo al reciclaje y alargar la vida útil del vertedero.
El conseller asegura que la tramitación de esta infraestructura ha llegado ya a su estadio final. En el primer trimestre del año pasado, la Comisión de Medio Ambiente de les Illes Balears dio el visto bueno al proyecto, que, en abril, fue aprobado por el pleno del Consell. Se espera que a finales de enero, con un mes de retraso sobre lo previsto, el Consell Consultiu emita un dictamen sobre la contratación de esta obra, que ejecutará la unión de empresas concesionaria de la explotación del vertedero.
SUBIDA DE LA TASA DE LA BASURA
Con un plazo de ejecución de dos años, el coste de las obras asciende a 36 millones, financiación que adelanta la UTE Giref. De hecho, el Consell ya ha cuantificado el reequilibrio económico financiero de la concesión con discrepancias por parte de la concesionaria.
El conseller señala que en el próximo Consell de Alcaldes, previsto para finales de mes o principios de febrero, se debatirá "la progresiva" subida de las tasas de basura que se deberá aplicar para hacer frente al incremento de costes que supondrá el nuevo sistema de tratamiento de los residuos. Todavía no se puede cuantificar cuánto va a subir el recibo.