El efecto colateral de la pandemia: residuos sanitarios
La adecuada gestión de los residuos antrópicos es una de las principales preocupaciones que enfrenta la humanidad y la Organización de las Naciones Unidas estima que una gestión acorde a los parámetros ecológicos no debe contemplar únicamente el correcto tratamiento de los desechos producidos, sino propiciar un cambio de paradigma que modifique la totalidad del modelo productivo.
La irrupción de la Covid-19 alteró por completo la demanda de útiles sanitarios, tanto aquellos de bajo riesgo como los de tipo biológico, citotóxico o químico, lo que a su vez provocó un incremento desmesurado en la producción y el consumo de los mismos, generando toneladas de desechos capaces de incidir de manera directa en la salud y la seguridad pública.
Los gestores y plantas de tratamiento debieron adaptarse a la excepcional situación para, a pesar del incremento en el volumen de residuos sanitarios, poder seguir garantizando una clasificación y gestión que, además de cumplir con los parámetros sanitarios, también garantizara el correcto reciclaje, revalorización o eliminación de los mismos.
Con la finalidad de conocer cómo impactó la crisis sanitaria a quienes estuvieron en la primera línea en materia de gestión de residuos hablamos con Javier Domínguez, presidente ejecutivo de Sogama; Raquel Alonso, directora comercial en PICVISA, Luis Palomino, secretario general de ASEGRE y María Luz Rivas Díaz, delegada de Tratamiento y Gestión Medioambiental en PreZero.
Valorización energética para eliminar los residuos Covid en Galicia
En lo que respecta a SOGAMA, Sociedad Gallega de Medio Ambiente, esta empresa pública encargada de la gestión de residuos urbanos producidos en Galicia se vio obligada a gestionar también con carácter excepcional residuos Covid de bajo riesgo entre abril de 2020 y marzo de 2021 a causa de la sobresaturación de las plantas centradas en el tratamiento de los residuos sanitarios, siendo 285.280 los kilos de residuos que llegaron a la planta en algo menos de un año.
Javier Domínguez explica que “tuvimos que adaptar las instalaciones e incorporar una planta provisional e independiente en la que se llevaba a cabo un proceso de trituración de estos desechos para ser luego valorizados energéticamente en la planta termoeléctrica a una temperatura superior a 850ºC”. Aunque la gestión de los residuos en España se realiza de manera descentralizada y la práctica totalidad de Comunidades Autónomas cuenta con su propia legislación, durante la pandemia el Ministerio de Sanidad unificó competencias para un igual tratamiento en cada comunidad autónoma.
“En Galicia seguimos en todo momento las instrucciones del Gobierno central, que contemplaba para este tipo de desechos el vertido o la valorización energética, dando preferencia a esta última por ofrecer más garantías y por ser más respetuosa con el medio ambiente y la salud”, señala Domínguez.
"La gestión de los residuos no comienza en los servicios de recogida, sino en el propio ecodiseño de los productos, prioritario para que puedan ser reciclados", destaca Javier Domínguez, Presidente Ejecutivo de Sogama.
La valorización energética en la actualidad está sujeta a una estricta normativa europea, entre la que destaca la Directiva 2008/98/CE, que establece una jerarquía para la gestión de los residuos y prioriza la reutilización o el reciclado frente a la valorización. En este caso, al tratarse de residuos sanitarios, la valorización o incineración se erigieron como las vías más adecuadas para garantizar una eliminación controlada de patógenos y otros agentes nocivos.
Tecnología para reciclar lo reciclable de manera segura
Para todos aquellos materiales que pueden ser reciclados, como es el caso de los envases de residuos farmacéuticos, la automatización de los procesos ayuda a alcanzar los niveles de productividad y eficiencia necesarios para el cumplimiento de los ratios de reciclaje que contempla la normativa. Con esta finalidad, la empresa PICVISA ha desarrollado un robot denominado ECOPICK, que como presenta Raquel Alonso, directora comercial de la empresa, “no solo asegura el funcionamiento del servicio de gestión sin interrupciones y con rendimiento constante, también es una alternativa para minimizar el contacto de los trabajadores con los residuos, contribuyendo a evitar los riegos asociados”.
La necesidad de una transformación tecnológica de las labores de gestión de residuos se puso de manifiesto con la crisis sanitaria, “tanto la robótica como la inteligencia artificial han sido cruciales para afrontar la falta de recursos humanos en épocas de crisis. El coronavirus impactó directamente sobre la fuerza laboral de la industria del reciclaje, donde la seguridad de los trabajadores es vital, y esto ha impulsado aún más la automatización de las plantas de reciclaje aprovechando los avances en Inteligencia Artificial, Visión Artificial y Robótica”, comenta Alonso.
Para todos aquellos materiales que pueden ser reciclados, como es el caso de los envases de residuos farmacéuticos, la automatización de los procesos permite combinar y alcanzar los niveles de exigencia y productividad en los ratios reciclaje que contempla la normativa.
También señala que gracias a la aplicación de la Inteligencia Artificial y la robótica fue posible mantener los estándares de sostenibilidad a pesar de la falta de recursos humanos, pues estas tecnologías avanzadas suponen “mejoras en la productividad, la seguridad y la eficiencia de los procesos”.
Asimismo, Alonso estima que “los avances en Inteligencia Artificial han revolucionado la robótica y han traído innovadores equipos que pueden mostrar comportamientos inteligentes, llegando a reproducir algunas capacidades del pensamiento humano. Esto abre un abanico de oportunidades para que ECOPICK contribuya a potenciar el sector del reciclado en concreto, pero también con aplicaciones para la industria en general”. Además, “el uso de robots inteligentes mejora la calidad del producto final y reduce la cantidad de materiales valorizables en un rechazo final de planta”.
"Tanto la robótica como la inteligencia artificial han sido cruciales para afrontar la falta de recursos humanos en épocas de crisis", enfatiza Raquel Alonso, directora comercial de PICVISA.
Tudela de Duero, epicentro de la gestión de residuos farmacéuticos
De estos avances se valen también en la Planta de Clasificación de Envases y Residuos de Medicamentos de PreZero, que alberga las últimas tecnologías del sector de la gestión de residuos, encaminadas a minimizar las necesidades de intervención manual sobre los mismos. María Luz Rivas, delegada de Tratamiento y Gestión Medioambiental en PreZero explica que la gestión que realizan consiste en “una serie de procesos de tratamiento automáticos que garantizan la completa separación en distintas fracciones para una posterior destrucción total de los medicamentos y el máximo reciclado de los envases”.
La planta se ubica en Tudela de Duero, Valladolid, y en ella se separan y clasifican los envases y restos de medicamentos depositados por los ciudadanos en los más de 22.000 Puntos SIGRE de las farmacias de toda España, así como residuos de medicamentos generados en los procesos de fabricación y envasado de prestigiosos laboratorios farmacéuticos. "Esta instalación es la solución más competitiva y eficaz para el cuidado del medio ambiente. Cuenta, por ejemplo, con separadores magnéticos y de foucault para la separación de metales, separadores ópticos para la recuperación del papel y cartón e incluso una unidad robotizada con visión artificial para la separación de hasta ocho materiales distintos”, añade Rivas.
"En Tudela de Duero gestionamos los envases y restos de medicamentos recogidos en los puntos SIGRE de toda España", destaca María Luz Rivas, delegada de Tratamiento y Gestión Medioambiental en PreZero. Esta instalación gestiona envases y restos de medicamentos, por lo que la planta no sufrió una saturación de materiales relacionados con la pandemia.
La importancia de separar adecuadamente este tipo de residuos, más allá de evitar la posible contaminación de aguas y suelo por los principios activos, es que durante el proceso de clasificación del residuo SIGRE “se recuperan diversos tipos de materiales reciclables como metales, vidrio, distintos tipos de plásticos, papel y cartón. Con los restos de medicamentos líquidos y sólidos se fabrica un combustible aprovechable en la industria cementera y plantas de generación de energía eléctrica. Los ciudadanos deben usar el punto SIGRE únicamente para depositar los restos de medicamentos caducados o sobrantes y los envases vacíos de los mismos”, afirma Rivas.
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