El Gobierno Vasco destaca que en los dos últimos años "no se han registrado quejas" por el funcionamiento de Zabalgarbi

El consejero de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Iñaki Arriola, ha asegurado que la incineradora de residuos de Zabalgarbi, ubicada en Bilbao, está sometida a un control "exhaustivo" y cumple con la normativa que regula su actividad, de forma que en los dos últimos años "no se han registrado quejas o avisos" vinculados a su funcionamiento. Arriola ha comparecido el pasado miércoles ante la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Vasco para informar, a petición de EH Bildu, sobre la situación de esta planta ante las "preocupaciones" suscitadas por la actividad de las instalaciones.
En su intervención, el consejero ha asegurado que el control al que está sometida la planta es "exhaustivo, riguroso y constante". Además, ha recordado que la actividad de 'valorización energética' de residuos de Zabalgarbi dispone, desde el 30 de abril de 2008, de la correspondiente autorización ambiental integrada, de acuerdo a la normativa de prevención y control de la contaminación. Arriola ha explicado que el titular de la planta está obligado a remitir cada año al Gobierno Vasco los resultados obtenidos en el “Programa de Vigilancia Ambiental” del año anterior, en el que se recogen los resultados de los controles y un informe sobre su evolución. Ha añadido que los programas de Zabalgarbi "acreditan el cumplimiento" de los requisitos establecidos en la autorización ambiental vigente.
En lo que se refiere a los residuos generados por las instalaciones, la autorización identifica los caracterizados como “peligrosos” y los “no peligrosos”, que son objeto de los análisis que establece la normativa y se gestionan mediante empresas autorizadas. Arriola ha explicado el Servicio de Inspección de la Viceconsejería de Medio Ambiente vela por el correcto cumplimiento de todas estas exigencias normativas. La última inspección se produjo el 12 de junio de 2018, y el informe sobre los resultados de la visita constata el “alto” grado de cumplimiento de lo establecido en su autorización ambiental integrada. El consejero ha explicado, además, que en 2017 y 2018 "no se han registrado quejas o avisos derivados o vinculados al funcionamiento" de la planta de Zabalgarbi. Por otra parte, ha explicado que el centro tecnológico Gaiker se encarga de analizar las muestras de las escorias generadas en las instalaciones.
Según ha indicado, las cenizas son enviadas a un gestor autorizado para que, tras el oportuno tratamiento de estabilización, se reduzcan las características que les confiere la calificación de peligrosidad, "convirtiéndose en un residuo peligroso estable no reactivo". Arriola ha anunciado, además, que esta semana han informado al colectivo Ekologistak Martxan de que las analíticas "confirman la clasificación de las escorias como residuo no peligroso de acuerdo a la normativa vigente".