El veto a la valorización energética pone en riesgo el futuro de la cementera de Alcalá (Sevilla)
Tras algunos años de trámites, el Pleno del Ayuntamiento aprobó de forma provisional en julio la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para impedir que se puedan valorizar residuos a menos de 2.000 metros de zonas urbanas. El cambio está pendiente de que el Consejo Consultivo emita algunos informes y de la Junta.
En estas circunstancias, la empresa (que se ubica a unos 500 metros de las barriadas de La Liebre o San Benito y a mil metros de la zona comercial del Cerro de Cabeza Hermosa) emitió un comunicado en el que corrobora que la medida conlleva la "paralización" y el "bloqueo" de su proyecto, que consiste en el aprovechamiento del valor calórico obtenido de residuos no peligrosos como combustible alternativo a los derivados del petróleo.
La empresa insiste en que son residuos que proceden de gestoras que responden a "las máximas garantías y controles", como las que existen en Alcalá, y "favorece la lucha contra el cambio climático", ya que su uso "ayuda a reducir las emisiones de CO2",
Cementos Portland Valderrivas subraya que el objetivo era "mejorar la competitividad y viabilidad de la fábrica" y que la técnica no es novedosa en España. Ya se está ejecutando en 28 de las 33 fábricas de cemento del país, cuatro de ellas en Andalucía y cuenta con todas las garantías. La factoría de Alcalá tiene desde 2014 autorización por parte de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta, la administración competente, que rechazó las alegaciones de grupos ecologistas. Sin embargo la empresa no ha podido obtener la licencia de obras municipal para adaptar sus instalaciones previamente.
La empresa lamenta que se haya tramitado con carácter urgente y "sin haber dado la oportunidad" a la dirección de la fábrica a explicar la realidad del proyecto y "el grave perjuicio que su paralización puede suponer a la fábrica en términos de viabilidad". Estos combustibles son más baratos. La crisis ha reducido la demanda de la cementera, que aun así ha resistido. Pero Portland advierte de que esta fábrica "no podrá competir en igualdad de condiciones" con el resto que sí tienen el sistema.