Emulsa congelará sus tarifas hasta definir el nuevo plan de residuos
El consejo de administración de Emulsa aprobó ayer la congelación de sus tarifas para 2018, al menos hasta que se defina el nuevo plan de gestión de residuos que se aplicará en la ciudad y, con ello, las tasas e ingresos necesarios para su financiación. La decisión se adoptó en una reunión que se prolongó durante casi tres horas y en la que hubo un profundo debate sobre el modelo a implantar, que debe ser objeto de discusión en el marco del consejo local para la prevención y el reciclaje de residuos y que el Ayuntamiento prevé tener listo para finales de junio.
La interventora municipal recordó que, a diferencia de otras tasas e impuestos que entran en vigor el 1 de enero para todo el ejercicio, la tarifa por el servicio de recogida de basuras puede modificarse en cualquier momento y tantas veces como se considere necesario, lo que permitió llegar a una solución de consenso. Esto es, mantener los precios invariables hasta saber cómo se gestionarán los residuos en el futuro próximo, con el incremento de los niveles de reciclaje como objetivo inexcusable para cumplir con las exigencias de la Unión Europea y evitar sanciones.
La propuesta inicial del gobierno pasaba por un encarecimiento general del servicio, con dos escenarios de subida, del 5% y del 10%, respectivamente, en función del plazo pretendido de implantación general de la recogida separada de residuos orgánicos. Llevar el nuevo contenedor marrón a toda la zona urbana tendría un coste de siete millones de euros, 5,7 correspondientes a inversiones y 1,3 a costes de logística y amortización. La gerencia de Emulsa puso sobre la mesa del consejo de administración dos opciones.
La primera sería completar esta operación en un plazo de cuatro años, para lo que sería necesario aprobar para 2018 un incremento de las tarifas del 5%. En el caso de los domicilios particulares esto supondría pasar de un pago bimestral de 9,98 euros a uno de 10,5 euros. O, lo que es lo mismo, que en el conjunto del año cada contribuyente pagaría tres euros más que en la actualidad. También se incrementaría en un 5% la cuota base que se aplica a actividades comerciales, la tarifa para grandes productores como supermercados y la que se aplica a las fincas rústicas y urbanas sin edificación pero con acometida de agua y casetas o similares. La segunda opción que se planteaba era extender la recogida orgánica a toda la ciudad en tan solo dos años, para lo que el incremento tarifario debería ser del 10%. Para los domicilios, en este caso, el precio del servicios pasaría a ser de 10,98 euros al bimestre y 65,87 euros al año, con un incremento de seis euros con respecto a las tarifas vigentes.
Dado que se desconoce si el nuevo modelo de gestión de residuos mantendrá el actual sistema de fracciones (vidrio, cartón, orgánica, etcétera), sí supondrá un mayor o menor coste con respecto al actual y si habrá un coste fijo para todos los contribuyentes o variable en función de sus niveles de reciclaje, la oposición planteó supeditar la fijación de los precios a la aprobación del nuevo plan, cuya aprobación pidieron además agilizar. La propuesta fue aprobada por unanimidad.