En Colombia el 80% del cartón y el 56% del papel son reciclados
Isabel Cristina Riveros, su vocera, explicó que además las plantaciones se hacen en terrenos que no hayan tenido bosques naturales en los últimos 20 años, tierras que estuvieron dedicadas a la ganadería o la agricultura.
El papel no procede de la deforestación del bosque, viene del eucalipto y el pino en esas plantaciones, que además son certificadas, siguen prácticas amigables con el ambiente a las que se les hace seguimiento hasta su destino final, la cadena de custodia.
La producción de papel tiene impactos negativos por el consumo de energía y agua, como revela un documento de la WWF, pero en los últimos años la industria nacional ha dado el paso hacia el gas, con el que se produce el 80% del papel, dejando de lado el carbón y otros combustibles fósiles líquidos.
El agua, además, se recircula. Este año han mejorado las prácticas para cumplir con nuevas exigencias. El uso se ha reducido 2%, aparte de 5% las emisiones de CO2.
RECICLAJE
Pero hay un hecho significativo en la producción de papel. Es el reciclaje. De los 1,6 millones de toneladas, 776.000, el 56 %, provienen de esa actividad. En la producción de cartón el porcentaje es del 80%.
Es menor la participación en la fabricación de papel, un campo en el que hay mucho por ganar todavía. No solo se utiliza la fibra que proviene de las plantaciones comerciales. Se aprovechan 900 toneladas de bagazo de caña, un desperdicio de la producción de azúcar, panela y biocombustibles.
“El 65 % de la fibra es reciclada”, expresó la vocera. Con eso se alcanza a satisfacer la mayor parte de la demanda nacional, importándose algo de países del norte, por ejemplo en papel periódico que requiere una fibra diferente que no hay en Colombia.
CONSUMO
El consumo nacional es bajo, 29 kilos por habitante apenas frente a 98 de Costa Rica y 76 de Chile por citar dos ejemplos. Son varios los factores, entre ellos destacan los bajos índices de lectura entre los colombianos (2 y 3 libros por año, según el Dane), dijo Riveros. Pero es un indicativo que crece con el desarrollo, como ha sucedido en los últimos años.