Global Nature. Cómo restaurar una laguna convertida en vertedero
Del Río ha recordado que más del 60% de los humedales españoles han sido destruido o se encuentran en la actualidad gravemente alterados, mientras que en el caso de las estepas salinas mediterráneas, se están perdiendo a "un ritmo acelerado", pues hasta un 25% del hábitat ha desaparecido en los últimos años.
Para recobrar el ecosistema de estos humedales, la organización se encarga de comprar el terreno que rodea a estas lagunas a agricultores, según explica Del Río, que informa de que el gasto en esta parte asciende a 900.000 euros. A continuación, se procede entonces a la limpieza y restauración morfológica de cubetas y orillas y se cierran antiguas piscinas de extracción de sal, según continúa la coordinadora.
Tal es el caso de la Laguna del Pueblo, que presentaba un "problema muy generalizado", según apunta el director de la Fundación, Eduardo de Miguel. Este problema tiene relación con el origen del agua. "Recibían las aguas de las depuradoras y si la depuradora no funciona bien, el agua se contamina, va cargándose de materia orgánica", comenta. En todo caso, De Miguel precisa que la conservación de lagunas no significa "trabajar en el agua", sino en el entorno.
"De ser un basurero, ha pasado a ser un ecosistema acuático con una biodoversidad bastante elevada", comenta el experto en humedales Santos Cirujano sobre una de las lagunas, situada en Pedro Muñoz.
Además de la compra de tierras y restauración de vegetación, la organización también pretende con este proyecto "revalorizar la imagen" que tiene la población local de estos humedales. Así, Global Nature pretende fomentar la educación ambiental e incidir en la importancia de comunicar a los locales su importancia, colocando paneles de información, señalizando rutas de acceso a los humedales o concienciando a través de actividades que se desarrollan en colegios de la zona.
Para "revalorizar" esta imagen, también se está trabajando en la promoción y comercialización de productos ecológicos, de modo que los agricultores "vean una ventaja y no sólo un límite" en la Red Natura 2000, tal y como señala Del Río. "Es una forma novedosa de poner en valor el territorio, de comunicarlo, de apoyar el proyecto de conservación, pero desde el desarrollo local", añade.