La Comunidad de Madrid considera insostenible el modelo de gestión de residuos
“Si no cambiamos el modelo, ¿qué nos pasa? Que nos vamos al abismo”. Así de crudamente planteó el director general de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Mariano González Sáez, la necesidad de dar un gran giro a la gestión de residuos en la región, con la que se recicla muy poco y la mayor parte de basuras urbanas (más del 70%) acaban en vertederos saturados que ya no dan más de sí. Por eso el Gobierno regional quiere consensuar una nueva estrategia que sustituya a la de 2006-2016, la cual ha fracasado en objetivos clave como el marcado para la reducción de materiales biodegradables que acaban en los basureros.
El documento inicial para una nueva "Estrategia de gestión sostenible de los residuos" que ha preparado la Consejería de Medio Ambiente plantea varias alternativas. Una propone, básicamente, reciclar y reutilizar mucho más para cumplir los objetivos marcados en los planes español y europeo. Otra alternativa propone ir un poquito más allá de esos objetivos con planes de prevención y “valorización” de residuos.
Hay una tercera, llamada “alternativa 0”, que consistiría en “mantener el modelo de gestión de residuos planteado en el Plan Regional de Residuos Urbanos (2006-2016) y no promover cambios”. Pero esta queda completamente descartada: “No es una opción viable por no asegurar el cumplimiento de los objetivos de prevención de residuos y de valorización de los recursos”, dice el documento.
Este punto de partida entierra completamente el plan anterior, que está a punto de expirar dejando a sus espaldas bastante más pena que gloria. “La gestión de residuos es un tema ingrato [...], pero no podemos darle la espalda y seguir colmatando vertederos”, dijo el consejero de Medio Ambiente, Jaime González Taboada. Asimismo, pidió que no se mirara atrás, sino adelante, al igual que poco después insistió González Sáez, que también habló de un “balance no muy favorable” pese a que la crisis ha reducido la cantidad de basura que generan los madrileños: de 1,58 kilos de residuos por habitante al día en 2007 a 1,13 en 2014.
Así, el contexto de partida no es muy halagüeño. Por ejemplo: si no se ha conseguido en 10 años reducir los materiales biodegradables que acaban en vertederos a 581.712 toneladas (el 35% de lo que se generaba en 1995), como preveía la anterior estrategia, parece harto complicado reciclar el 50% de los residuos en 2020 y el 70% en 2030, como exigen las estrategias aprobadas en España y la UE, que han de guiar la madrileña.
Sin embargo, el Gobierno regional insiste en su firme decisión de intentarlo, de cambiar el modelo con la ayuda y el acuerdo imprescindible de todos los actores. Imprescindible porque implicará más esfuerzo de los ciudadanos y porque habrá que renovar infraestructuras y construir algunas nuevas, con el coste político que ello conlleva; no hay más que echar un vistazo a la polémica por la construcción de una planta de tratamiento de residuos en Loeches que debe sustituir al vertedero de Alcalá de Henares, a punto de colmatarse.