La Comunidad Valenciana moviliza 1.200 toneladas de basura a vertederos cada día
La magnitud de desastre provocado por el fracaso de los Planes Integrales de Residuos aprobados, reformados y casi siempre inaplicados, que incluso incluye un pequeño porcentaje de "exportación" a Murcia. "Hasta hace muy poco tiempo todavía era peor", asegura Joan Piquer, director general de Cambio Climático y Calidad Ambiental.
Había residuos circulando desde una provincia a otra y también en sentido contrario. Podría decirse que se cruzaban en la carretera, lo cual resulta claramente insostenible. "Ahora hemos logrado que al menos Alicante no envíe residuos a Valencia mientras al mismo tiempo recibía materiales desde esta provincia", explica.
El nuevo Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR) refuerza el principio de la proximidad. Hay que tratar los residuos donde se producen. Cada vez hay más orden dentro del desorden y la Generalitat está propiciando acuerdos "colaborativos" entre los distintos consorcios responsables de la gestión de los residuos.
Para donde no haya acuerdo entre los municipios representados en cada consorcio o en aquellas áreas de gestión lastradas por conflictos judiciales, la Generalitat Valenciana se ha dotado de un nuevo instrumento legal. Hace una semana, el pleno del Consell aprobó un decreto-ley que establece medidas urgentes "para garantizar la correcta gestión de los residuos municipales" y asegurar la actuación "inmediata" de la Generalitat en casos de situaciones de "afecciones ambientales o de riesgo para la salud de la población".
El secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro justifica esta decisión y añade que "forma parte importante del giro a la política de residuos que hemos emprendido para resolver los graves problemas heredados de la gestión y corrupción precedentes". Solo en el norte de la Comunidad Valenciana la situación es de cierta normalidad, gracias a la planta de Cervera y a los acuerdos colaborativos que permitirá la remodelación de la planta de Onda.
"Hay muchas instalaciones que funcionan por encima de su capacidad y en las que a veces ni siquiera es posible cambiar una máquina o hacer el mantenimiento porque colapsarían", añade Piquer.
Bloqueo y cuellos de botella
"Contamos con tres o cuatro cuellos de botella que hacen más difícil avanzar en la mejora del sistema", admite Julià Álvaro. "Hemos de desbloquear esas situaciones y queremos estrenar al menos una planta esta legislatura", subraya Julià Álvaro. Reducir el rechazo que va a vertederos y acabar con los desplazamientos de la basura fuera de la zona donde se genera es un objetivo que tiene fecha límite: el año 2020. Lo dice la Ley Nacional de Residuos y de ahí, "la urgencia" de la modificación de la ley valenciana.