La rotura de un depósito provoca un grave vertido de ácido en Israel

La rotura de los muros de contención de una fábrica de tóxicos en Israel el viernes ha vertido 100.000 metros cúbicos de residuos ácidos al cauce seco del río Ashalim y ha quemado hasta 20 kilómetros de desierto, un desastre ecológico que tardará años en repararse.
El flujo de ácido avanzó por el desierto y fue a parar a una piscina cercana al Mar Muerto. Días después, el cauce continúa manchado y desprende un fuerte olor tóxico. Las autoridades israelíes han confirmado que no ha habido heridos a pesar de que una parte del río de Ashalim, en el centro del país, suele ser frecuentado por senderistas.
El Ministerio de Medio Ambiente de Israel ha abierto una investigación penal contra el propietario de la planta, Rotem Amfert, y su empresa matriz, Israel Chemicals (ICL), líder en la producción de fertilizante y potasio con derechos exclusivos en Israel para explotar el Mar Muerto. La empresa ha inhabilitado todos los depósitos de la misma serie que mantenía activos.
"Todas las plantas y animales han quedado muy dañados por el tsunami de ácido, probablemente han muerto", ha declarado Oded Netzer, miembro del Ministerio. "A largo plazo, habrá daños en el suelo y grandes problemas ecológicos funcionales", ha advertido y ha previsto que el trabajo de limpieza, vaciar los pequeños estanques que las aguas residuales han horadado en el camino y la rehabilitación completa de la zona probablemente llevará años.