La Universidad de Cantabria evaluará la limpieza viaria y recogida de residuos de Santander
Para los ciudadanos, las calles siempre están sucias y los contenedores en mal estado. El Ayuntamiento tiene otra visión: a juicio de los responsables municipales, el servicio que se presta es correcto, aunque mejorable. Y para la empresa concesionaria, el estado de los espacios públicos se ajusta a lo contratado y pagado con los impuestos de los santanderinos. Ahora hay voluntad de dejar de lado las opiniones y hacer una comprobación objetiva de la limpieza de la ciudad, para lo cual el Ayuntamiento ha contratado a la Universidad de Cantabria (UC), que tendrá que detectar errores -si es que los hay- y proponer soluciones.
Así, será controlada la calidad de la gestión, la infraestructura de la empresa que presta el servicio, los materiales, los barridos que se realizan en las calles, la retirada de los residuos sólidos urbanos, el personal con que cuenta la adjudicataria y si se cumple el pliego de condiciones y el contrato con el Ayuntamiento. También se supervisará la plataforma en internet de la empresa desde donde se vigila la calidad del servicio, los contenedores y los camiones con el fin de determinar si el sistema está siendo adecuado para las necesidades de Santander.
La Universidad realizará un análisis detallado de la limpieza de las calles, las papeleras, los alcorques, el estado de los contenedores, las alcantarillas y la efectividad de las medidas de desratización. Además, se pasará revista a las playas y si resultan suficientes los recursos que se destinan a ellas. El Consistorio se ha decantado por la Universidad después de pasar el preceptivo concurso, lo que concede, además, «un plus de imparcialidad». La UC se llevará por realizar este estudio 150.000 euros, incluido el IVA.
El sistema desarrollado por los expertos garantiza un control semana por semana de todo el servicio. Los datos que se obtengan serán analizados y puestos a disposición de la empresa y del propio Ayuntamiento para que la primera corrija los errores y para que el segundo, que es quien paga, tome las medidas necesarias para que se cumpla el contrato en caso de que no se esté haciendo del todo bien. JUAN CARLOS FLORES-GISPERT