Los contenedores inteligentes
Una ciudad inteligente es la que hace uso de los avances tecnológicos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y el campo del reciclaje no es una excepción. Las nuevas tecnologías han irrumpido en la gestión de residuos y los contenedores son cada vez más modernos con el objetivo de mejorar las tasas de reciclado y facilitar la labor a la ciudadanía.
Han surgido nuevos sistemas que conocen a la persona que recicla y el tipo de residuo que deposita, avisan cuándo están llenos, compactan las basuras, están adaptados a personas con discapacidad o incluyen pantallas para dar información y noticias.
Y aunque el futuro apunta a la recogida neumática, con contenedores mínimos, que no permitan bolsas superiores a 1l. como ocurre por ejemplo en Finlandia, de momento, no se puede prescindir de los contenedores. Eso sí, se intenta que su impacto visual sea mínimo. Para ello, los contenedores se hacen inteligentes…
La firma gallega Formato Verde/TNL ha desarrollado un contenedor inteligente de gran capacidad, que ha colocado en la ciudad de Abu Dabi. Se trata de mega containers con una capacidad de 60 metros cúbicos –veinte veces la de un contenedor tradicional– y dotados de un sistema global de comunicaciones que incluye sensores de llenado, tarjeta de usuario y servicios como Wi-Fi y puntos de recarga para coches eléctricos.
Cuando el contenedor alcanza el 70% o el 100% de su capacidad, envía un aviso a la empresa de recogida para que vayan a vaciarlo. De esta manera se reducen los costes de transporte, porque sólo se recoge cuando llega a esa capacidad, y se limita el impacto en el tráfico. Están preparados para futuras infraestructuras como red Wi-Fi, puntos de recarga para vehículos eléctricos, cámaras de seguridad, displays y espacios publicitarios.
En Holanda se utilizan desde hace años contenedores que se abren solo cuando identifican al usuario, gracias a un lector en la tapa. Se trata de una fórmula para acabar los robos y controlar a quienes no reciclan. Los habitantes de Groningen (Holanda) pagan impuestos en función de la cantidad de basura originada y reciclada. Los nuevos contenedores inteligentes incorporan además un sistema subterráneo de clasificación de la basura que también calcula el importe que cada vecino deberá abonar.
Barcelona fue la primera ciudad de España en ubicar en sus calles contenedores de reciclaje adaptados para personas con discapacidad visual y motora. Menor altura, mayor ergonomía, apertura y cierres más accesibles, colores más visibles o información a través de pictogramas y lenguaje braille son algunas de sus principales características. Ahora, las tecnologías han permitido utilizar un sistema que activa una apertura automática cuando detectan usuarios con movilidad reducida (han sido dotados con una tarjeta o pulsera especial), facilitándoles el depósito de residuos.
En las Olimpiadas de 2012, en Londres se mejoraron las infraestructuras y el reciclaje no fue una excepción. Sus responsables reemplazaron algunos de sus antiguos contenedores por otros nuevos fabricados a prueba de bombas y con pantallas LCD. En ellas, los ciudadanos pueden ver las últimas noticias, los datos bursátiles o la información del tráfico. Cada contenedor costó unos 35.000 euros y se han instalado modelos similares en otras ciudades como Nueva York y Tokio.
En definitiva, se trata de aprovechar al máximo las innovaciones tecnológicas para motivar a la ciudadanía, automatizar la gestión de las basuras y finalmente, conseguir reciclar más y mejor.