Los envases de Pringles, una pesadilla para el reciclaje

Todos hemos oído alguna vez hablar de las patatas Pringles o, incluso, las hemos probado. Pero lo cierto es que, según recientes estudios realizados por la Asociación de Reciclajes del Reino Unido, estas patatas son uno de los productos más complicados de reciclar.
No se trata de las patatas en sí, sino de su envase caracterizado por ser "indestructible". Y es que son tantos los materiales necesarios para la composición del mismo que la separación de sus partes se vuelve una labor prácticamente imposible.
El cartón, el plástico y el metal desprendible de su tapa, junto a su base de metal, lo han convertido en una auténtica pesadilla para los que trabajan tratando de descomponer este tubo para su reciclaje.
Lo que más preocupa dentro de esta asociación es la existencia de más marcas que produzcan materiales perjudiciales para el medio ambiente. Entre ellas la marca de bebidas deportivas Lucozade. A pesar de que la propia botella en la que se comercializa la bebida es reciclable, el plástico adjunto a ella es altamente contaminante. No obstante, las Pringles se llevan la palma.
Con la intención de concienciar a la población y a las empresas, Reino Unido ha decidido otorgar una serie de premios a todas aquellas entidades que descubran y empleen en sus diseños materiales fácilmente desechables. Estos premios, valorados en hasta dos millones de dólares, son la oportunidad perfecta para dar un gran paso hacia delante y hacerle de este modo frente al problema.
Tal y como asegura Simon Cellin, perteneciente a dicha asociación, las mejoras en el diseño del producto son desesperadamente necesarias. Además ha elaborado una lista con los productos más nocivos del mercado. Entre ellos, además de los ya citados, se encuentran los botes de productos de limpieza, los envases de whisky y las bandejas negras de alimentos.
¿Cuál sería la solución? Además de la fabricación de materiales reciclables, otra alternativa sería prevenir que pequeños objetos como tapas de botellas o envases caigan al océano provocando grandes daños. La exigencia de mejora crece a medida que el volumen poblacional incrementa, acentuando la necesidad de generar materiales reutilizables. Un cambio que probablemente no será fácil, pero que muchas empresas están dispuestas a implantar.
Por su parte, Kellogs, el dueño de Pringles, asegura que su envase pese a estar compuesto por materiales altamente dañinos, también tiene sus ventajas. Pues gracias a su composición mantiene las patatas frescas durante un amplio período de tiempo, lo que implica un menor desperdicio de alimentos. Aseguran, eso sí, que acogerán todo avance tecnológico que respalde su ambición.