Los hongos podrían ayudar a combatir la contaminación por residuos plásticos
Los hongos podrían ayudar a combatir la contaminación por plásticos. El primer informe sobre el estado de los hongos en el mundo, publicado por el Jardín Botánico de Kew y un equipo conformado por más de un centenar de científicos de 18 países, revela que ciertos tipos de hongos degradan con éxito el poliuretano en semanas.
Esta capacidad de los hongos fue descubierta el pasado año por científicos de China y Pakistán, quienes aislaron un hongo que estaba degradando el poliuretano en un vertedero de Islamabad. El “aspergillus tubingensis” rompe los enlaces entre los diferentes polímeros en un plazo de semanas y no de siglos, tal y como sucedería en condiciones normales.
Los autores del estudio reivindican una mayor atención a los hongos por parte de los especialistas, mostrándose convencidos de que, una investigación más profunda sobre los mismos, podría dar lugar a nuevos hallazgos. Se calcula que puede haber hasta 3,8 millones de especies de hongos, pero sólo 144.000 han sido identificadas. La Dra. Ilia Leitch, científica principal del Jardín Kew, abunda en que no se sabe lo suficiente sobre este mundo y que hay hongos dentro de las células de las plantas que pueden influir en su resistencia al cambio climático.
Respecto a los hongos y microorganismos con capacidad para degenerar distintos tipos de plásticos, Leitch considera que, si se puede entender cómo funcionan estos organismos y cuáles son las condiciones óptimas para descomponer este material, se podría aumentar incluso la velocidad de este proceso. Esta corriente de investigación estará presente en la cuarta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que se celebrará el próximo mes de marzo y que está centrada precisamente en las soluciones innovadoras para los desafíos ambientales y la producción y consumo sostenibles.
Más allá de reciclar los nutrientes y ayudar a que las plantas y los cultivos crezcan de forma eficiente, los hongos proporcionan compuestos que producen antibióticos, estatinas para tratar el colesterol e inmunosupresores. Algunas tipologías incluso pueden ayudar a las plantas a hacer frente a amenazas tales como el aumento de la temperatura y la sequía. En este sentido, se considera que la investigación y los avances en sus aplicaciones agrícolas podría dar lugar a una mejora de la seguridad alimentaria, a un incremento de los ingresos de producción y, por supuesto, a una mayor sostenibilidad ambiental.
Pero lo cierto es que también los propios hongos están amenazados por el cambio climático, especialmente en áreas de latitudes altas donde las temperaturas continúan aumentando, como es el caso del Ártico. Un nuevo escenario que ya está afectando a su reproducción y a su distribución geográfica y actividad, con serias consecuencias para los ecosistemas.