Pajitas vegetales, la alternativa al plástico que llega desde Vietnam
Desde Vietnam, un emprendedor propone una solución contra las pajitas de plástico de un sólo uso. Su propuesta es biodegradable, económica e incluso comestible. Cada año, aproximadamente ocho millones de toneladas de plástico acaban en los océanos. Una de las principales fuentes de contaminación son las pajitas de plástico, lo que significa un enorme impacto ambiental para el planeta.
Cuando la fauna marina entra en contacto con las pajitas suele comerla creyendo que son alimentos. El plástico se acumula en su cuerpo, causando enfermedades o incluso la muerte. Como una pequeña ayuda a la solución del problema, el vietnamita Tran Minh Tien ha diseñado una pajita totalmente biodegradable, cuya materia prima proviene de una hierba prolífica en el delta de Mekong.
La "Lepironia Articulata" es una planta perenne similar a la hierba que crece entre 40 y 200 cm de altura. Se propaga a través de semillas y se encuentra en áreas tropicales y subtropicales de Madagascar, sur de Asia, Australia y oeste del Pacífico. Alcanza una altura de 1,50 metros y usualmente está en tierras bajas. Sus hojas se usan para hacer esta pajita ecológica.
Están pensadas para un sólo uso en restaurantes. Pero si se quiere usar en casa, puedes reutilizarse. Basta con enjuagarla, dejarla secar y colocar nuevamente en la nevera. Las pajitas son totalmente biodegradables. Lo recomendable es que se desechen junto con los residuos orgánicos. Si acaban en un vertedero con residuos inorgánicos, dificulta su descomposición. Para aumentar su durabilidad, se recomienda almacenar en el refrigerador hasta dos semanas.
Veamos su proceso de fabricación. El primer paso consiste en seleccionar los tallos huecos de la hierba. Luego se lavan y se cortan en trozos de 20 centímetros. Una vez realizados estos pasos, se limpia la cara interior con una varilla metálica. La empresa tiene por norma aplicar otra ronda de lavado. Después del secado, se juntan las pajitas y se envuelven en hojas de plátano.
Hay dos presentaciones para el producto. Una es la opción fresca, que puede perdurar hasta una semana a temperatura ambiente. La segunda es seca. Se coloca al sol durante dos o tres días y se hornean en el horno. Puede durar hasta seis meses a temperatura ambiente. La longitud habitual es de 18 centímetros, aunque a requerimientos del cliente puede llegar a 22 centímetros.
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