Residuos de la industria láctea: problema y reto
El desarrollo de la industria láctea ha sido uno de los que más avances socioeconómicos y alimentarios ha experimentado, desde el cuidado en la alimentación de los animales, hasta en los empaques e ingredientes extras que se utilizan.
Mucho de este éxito se debe a la estructuración y evaluación que se ha tenido de los procesos, en donde han llevado a tener buenos resultados en sus productos. Sin embargo, no todo en las empresas lácteas es favorecedor, los residuos que generan dejan una peligrosa la huella ambiental y es un tema que preocupa a empresarios y consumidores.
Según datos de “Barcelona innovación e investigación”, sólo en España se recogen y transforman 7 millones de toneladas de leche cruda, el 90% pertenece vacas, el 6% a ovejas y el restante a cabras. La leche de cabra y oveja se destina un 90% a la industria transformadora y el restante a la elaboración de quesos que ha tenido una gran aceptación por los consumidores. Para entender mejor el proceso, se utilizan de 9 a 10 litros de leche de vaca para elaborar un kilo de queso, mientras que para crear uno de cabra se necesitan 8 o 9 litros, por último para obtener queso de oveja solo se necesitan 5 litros. A pesar de la reducción de insumos, los consumidores siguen prefiriendo el más popular, y la industria está obligada a adaptarse.
Empezando por la materia prima que es la leche, la sobreexplotación de animales es perjudicial para su habitat, en donde en poco espacio conviven y son obligados a alimentarse para seguir produciendo. Otro problema que se tiene que enfrentar es el manejo de heces, orines y aguas residuales, por la cantidad que producen y la carga de contaminantes que conlleva.
Antes el consumo de leche era más artesanal, se recibía desde casa en botellas de vidrio que eran retornables y hacía un proceso de economía circular sin ser considerada con ese nombre. Pero ahora, el público demanda más producto y la generación de residuos sólidos ha aumentado como en todas las industrias. Desechos de envases y embalaje, vidrio, cartón, plástico y tetra brick son los más residuos sólidos más comunes, que llegan a manos del consumidor y la empresa se olvida de ellos generando un problema. Todos estos residuos se pueden reciclar adecuadamente en plantas de tratamiento, haciendo una separación en origen para entrar en la cadena de reciclaje.
En todos los países existen plantas que se dedican a la recuperación de vidrio y cartón, que con la tecnología actual es fácil de renovar, sobre los envases de plástico también hay plantas especiales en donde pueden entrar. En el que se detecta un mayor problema es en los residuos tetra-brik, que se componen de cartón, polietileno y aluminio o plástico cuyo reciclaje es complicado. La separación en origen, la implementación de ciclos de vida circulares y el desarrollo de un mercado secundario de subproductos (es decir, que el desecho de una explotación pueda servir de insumo barato para otra) son pasos indispensables para reducir y gestionar adecuadamente los residuos del sector lácteo.
[Este contenido ha sido reelaborado a partir de The Food Tech. Lee el original aquí]