Seminario internacional sobre la aplicación de la biotecnología en la industria del plástico en Valencia

El evento comenzó con una sesión sobre Plásticos y Bioeconomía, en la que Lorette Du Preez, destacó las oportunidades que legislaciones como el Tratado Global de los Plásticos o la Ley de Economía Circular ofrecen para estos materiales. También destacó cómo los bioplásticos pueden mejorar la eficiencia de sectores como la agricultura y, en general, su potencial en una economía y una sociedad cada vez más comprometidas con los materiales de origen biológico y biodegradables. En cuanto a las barreras, mencionó los costes y la demanda insuficiente, y solicitó un mayor apoyo legislativo para el sector. A continuación, Filippo Giancarlo Martinelli, revisó las principales tecnologías de reciclaje de bioplásticos y presentó proyectos de investigación como ReBioCycle, que busca integrar los bioplásticos en la economía circular mediante tecnologías eficientes de separación y reciclaje de estos materiales. Finalmente, Jesús Agüero, recordó que la primera empresa biotecnológica se creó en Valencia en 2002. Desde entonces, la asociación ha trabajado para abordar retos comunes con el sector de los bioplásticos, como la transferencia, la regulación y la financiación. También destacó que, por primera vez, la biotecnología se ha incluido como sector estratégico en la estrategia de reindustrialización de la Generalitat Valenciana.
La segunda sesión del primer día se centró en la producción de bioplásticos a partir de residuos. Caterina Coll, explicó algunos de los proyectos y patentes de la compañía para la valorización de residuos orgánicos. Estos abarcan desde complejos residuos urbanos de celulosa hasta residuos de la industria agroalimentaria, que han convertido con éxito en productos de alto valor añadido como bioetanol, bioetileno y CO₂ , así como otros subproductos como piensos, compost y biofertilizantes. Pablo Ferrero, investigador sénior en biotecnología de AIMPLAS, destacó a continuación cómo los biopolímeros pueden ayudar a reducir la contaminación, la huella de carbono y la dependencia de los recursos fósiles. Explicó algunas de las investigaciones que lleva a cabo el Centro Tecnológico en la síntesis biotecnológica de estos materiales y sus aplicaciones en sectores como la agricultura. Rosa Puig, presentó algunos de los proyectos de la compañía basados en modelos de biorrefinería modulares y flexibles capaces de procesar diferentes flujos de residuos, desde residuos sólidos urbanos (RSU) hasta productos higiénicos absorbentes e incluso aguas residuales. Por último, Jenifer Mitjà de TotalEnergies Corbion analizó las diferentes opciones de fin de vida del PLA, desde la reutilización hasta el reciclaje y el compostaje, e identificó las alternativas más adecuadas en función de las diferentes aplicaciones.
En la tercera sesión, Procesos de Postproducción para Bioplásticos, Bruno Ferreira, de Biotrend, exploró la producción de PHA a través de diversos casos prácticos, como el proyecto ELLIPSE. José María Guijarro, de SAV, explicó el compromiso de la empresa con la biotecnología para valorizar ciertos residuos para los que no existen ciclos de gestión establecidos, como la paja de arroz, los posos de café y otros residuos. Finalmente, Vincent Gavroy, de Applexion, presentó tecnologías avanzadas de purificación que optimizan los procesos de fermentación para obtener ingredientes funcionales, alimentos saludables y nuevas moléculas de origen biológico.
En la sesión final del miércoles 5 de marzo, titulada "Aprovechando el Poder Microbiano: Soluciones Enzimáticas para el Reciclaje de Bioplásticos", Laura de Eugenio, del CSIC, presentó innovaciones en reciclaje enzimático. Kristie Tanner, de Darwin Bioprospecting, explicó cómo la empresa trabaja para convertir el potencial microbiano en aplicaciones comerciales en áreas tan diversas como la salud y el medio ambiente. Para concluir las presentaciones del primer día, Christian Sonnendecker, de la Universidad de Leipzig, presentó avances en el reciclaje enzimático de PET y PBS mediante la enzima PHL7 y un nuevo sistema rápido para la monitorización de la hidrólisis enzimática de plásticos mediante la medición del espesor de las películas plásticas.
El segundo día comenzó con la presentación de Francesco Colizzi, del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC), quien describió tecnologías para optimizar la biodegradación de polímeros, como la modificación de enzimas específicas. A continuación, Jing Liu y Elton Melo, de BPC Instruments, presentaron métodos innovadores para evaluar la biodegradabilidad y la compostabilidad en cámaras cerradas en la sesión «Mejora de la Biodegradación de Plásticos».
Gemma Buron, del IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria), presentó la investigación realizada en el marco del proyecto SOLFORPLAS y cómo tratamientos específicos pueden favorecer la degradación compleja del polietileno. Luis Cabedo, de Cebimat, una spin-off de la UJI, presentó una investigación destinada a mejorar la biodegradación de bioplásticos en compost. Finalmente, Elena Domínguez, investigadora líder en Liberación Controlada y Calidad del Suelo en AIMPLAS, analizó la aplicabilidad de los bioplásticos obtenidos mediante vías biotecnológicas y su biodegradación controlada para la liberación de microorganismos y extractos naturales en la agricultura. Domínguez destacó cómo estos desarrollos optimizan el uso de bioinsumos, mejoran la eficiencia de los recursos y reducen el impacto ambiental. También destacó su alineamiento con las estrategias de agrobiotecnología respaldadas por marcos regulatorios como la Política Agrícola Común (PAC) y el Código de Conducta Voluntario. Estas soluciones ayudan a reducir el uso de agroquímicos sintéticos y a promover materiales más sostenibles.
La sesión final se centró en aspectos tecnoeconómicos y ambientales. Apostolis Koutinas, de la NTUA (Universidad Agrícola de Atenas), presentó los avances en la investigación sobre la degradación de bioplásticos para envases rígidos, analizando la viabilidad económica y el impacto ambiental. Kealie Vogel, de EMPA (Laboratorios Federales Suizos de Ciencia y Tecnología de Materiales), analizó el impacto climático de los biopolímeros derivados de la madera en comparación con los plásticos de origen fósil. Examinó el análisis del ciclo de vida, las emisiones de carbono y la sostenibilidad, y cómo estos materiales pueden reducir el impacto ambiental y servir como alternativas viables en la transición hacia una economía circular y baja en carbono. Finalmente, Ailen Soto, de Zero-E Engineering, presentó una metodología de análisis del ciclo de vida (ACV) para productos y procesos que promueven una bioeconomía sostenible.
Finalmente, el proyecto RED MARFIL organizó una mesa redonda con José Miguel Fernández, de AITIIP; Lucía Martín, de CIDAUT; y Carolina Acosta, Investigadora Sénior en Mecanoquímica y Extrusión Reactiva de AIMPLAS. Sus presentaciones mostraron los avances de un proyecto destinado al desarrollo de nuevos bioplásticos a partir de residuos agroindustriales o de biomasa para aumentar su presencia en sectores de alto valor añadido como la agricultura y el transporte.
[Este contenido procede de Recycling Magazine Lee el original aquí]