7 ideas para reducir los residuos en origen

A menudo hablamos de la importancia de la “regla de las tres erres”, que animan a los ciudadanos a Reducir, Reutilizar y Reciclar. Multitud de iniciativas subrayan la importancia del reciclaje, es decir separar la basura para facilitar su reciclaje, y de cómo podemos reutilizar materiales, encontrándoles una nueva utilidad o dándoselos a alguien que lo necesite. Sin embargo, la primera erre, la reducción de residuos, es sin duda la más importante para atajar el problema de raíz, ya que el mejor residuo es el que no se genera. Del próximo 17 al 25 de noviembre se celebra la Semana Europea de la Prevención de Residuos, o EWWR por sus siglas en inglés (European Week for Waste Reduction), que otorgará todo el protagonismo precisamente a esta cuestión.
Durante 9 días se celebrarán en toda Europa numerosas actividades orientadas a un amplio público, con el objetivo común de frenar el enorme volumen de residuos que generamos los humanos a través de nuestras acciones cotidianas. La iniciativa busca fomentar una reflexión colectiva sobre la necesidad de reducir la generación de residuos y sus componentes más tóxicos, algo que pasa por el ecodiseño de productos, el consumo sostenible (no comprar más de lo necesario y evitar las conductas de usar y tirar), evitar el desperdicio de alimentos y promover la reutilización, la reparación o la donación solidaria de los objetos usados.
Las acciones que se llevan a cabo en la EWWR, que llega este año a su novena edición, se centran especialmente en la primera de las “tres erres” con la que buscan concienciar a la población para reducir al máximo posible la adquisición de materiales y, por lo tanto, consumir de manera más responsable evitando los residuos desde su origen. Todos podemos contribuir a la reducción de residuos si, cada día, prestamos atención a nuestras acciones. Aquí van unas sencillas prácticas fáciles de aplicar en el día a día para reducir estos residuos desde su origen:
- Compar al por mayor o a granel siempre que sea posible, adquiriendo productos con muy poco o ningún embalaje, y optando por envases familiares por encima de los individuales.
- Utilizar bolsas de tela para hacer la compra. Muchas de ellas se pueden plegar cómodamente ocupando muy poco espacio y pudiéndose utilizar tantas veces como sea necesario.
- Elegir regalos “no materiales”. En este mundo en el que estamos cargados de cosas, ¿qué mejor que optar por regalar experiencias como un viaje, una cena, una obra de teatro o un concierto?
- Usar el transporte público más a menudo para reducir el consumo de combustible y las emisiones de CO2. En el caso de que sea indispensable coger el coche o la moto, conducir de forma más ecológica arrancando el motor sin pisar el acelerador, introduciendo la segunda marcha a los 6 segundos aproximadamente, cambiando de marcha sin revolucionar el coche y manteniendo siempre la marcha más alta posible o distribuyendo el peso en el interior del coche de forma uniforme, evitando siempre que sea posible el uso de la baca, ya que este accesorio aumenta la resistencia al aire del vehículo, incrementando así el consumo del carburante
- Recurrir a pegatinas “anti-publicidad” en los buzones y pedir expresamente que las empresas nos envíen sus facturas u otras comunicaciones por correo electrónico. La mayoría de bancos y compañías de servicios básicos ofrecen esta posibilidad.
- Vigilar la eficiencia energética en los hogares. Para ello debemos graduar la temperatura del aire acondicionado y la calefacción hasta niveles razonables, prestar atención a las etiquetas energéticas de los electrodomésticos que se compran, desenchufar los aparatos que no se utilicen y maximizar las cargas de lavadoras y lavavajillas.
Estos pequeños gestos tienen muy poco impacto en nuestro día a día, pero contribuyen notablemente a la protección del medio ambiente. La prevención de residuos y una mejor gestión de los mismos harán que vivamos en un planeta más limpio y sostenible.