Pacto Verde Europeo: las claves de una Europa más circular y competitiva
El Pacto Verde Europeo ha supuesto una aproximación sin precedentes a la sostenibilidad, que ha permitido analizar los retos (y las oportunidades) desde una visión holística, conectada y sinérgica. Así, una economía baja en carbono dependerá de la transición de un modelo lineal a un modelo circular, que asegure la preservación y el cuidado del capital natural, y que sirva de base para “no dejar a nadie atrás” gracias a la salud, el bienestar y una economía próspera bajo los límites planetarios.
Esta visión estratégica se pone de manifiesto en el nuevo Plan de Economía Circular que la Comisión Europea ha lanzado el pasado 11 de marzo. Es un Plan necesario para acelerar la transformación disruptiva que necesita el Pacto Verde Europeo: Propone una agenda con visión de futuro para conseguir una Europa más saludable y competitiva en cooperación estrecha entre los sectores económicos, los consumidores, los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil a distintas escalas (individuos, regiones y ciudades) bajo el paraguas de la investigación, la innovación y la digitalización.
Europa, espacio de productos y servicios (más) sostenibles con industrias más circulares
Por primera vez, este Plan menciona términos como productos y servicios sostenibles que estén alineados con la neutralidad climática, la eficiencia de recursos y la reducción de residuos, para lo que se propone políticas públicas que aumenten la ambición de las existentes (por ejemplo, la Directiva de Ecodiseño, la ecoetiqueta), así como otras nuevas, como un Plan de Trabajo de Ecodiseño y etiquetado energético 2020-2024. En este sentido, se pondrá especial foco en las cadenas de valor de sectores como el electrónico, las baterías y vehículos, el textil, el de los muebles, los envases, los plásticos, así como a ciertos productos como el acero, el cemento y productos químicos. Y este foco no solo tendrá tintes ambientales, sino que también se considera integrar requerimientos sociales en dichas cadenas de valor vinculados, sobre todo, con la inclusión social.
En este contexto, el Plan anuncia una iniciativa de aparatos electrónicos circulares; una estrategia europea para el sector textil; una estrategia de construcción sostenible o una estrategia de los productos químicos por la sostenibilidad, entre otras. Además, para hacer eficiente y efectiva la aplicación de este marco, se propone establecer un espacio europeo de datos que integre la información relevante sobre productos y sus cadenas de valor.
El incremento de la “circularidad” de las industrias será un eje clave de este Plan, que se afrontará a través de la revisión de la Directiva de emisiones industriales; la actualización de las mejoras técnicas disponibles; la promoción de la simbiosis industrial; la implementación del Plan de Bioeconomía, utilizando las tecnologías como aliado para el seguimiento de recursos y residuos, así como el lanzamiento de un sistema de verificación y registro de tecnología ambiental. Este nuevo Plan hace un guiño especial a las pequeñas y medianas empresas con la Estrategia para PYMES por una Europa Sostenible y Digital, que promueve la colaboración industrial circular.
Una Europa con menos residuos: prevención y circularidad
Este Plan se centra en la prevención y la reducción de la cantidad de residuos a través de la revisión de distintas directivas (baterías, envases, vehículos al final de su vida útil y sustancias peligrosas en equipos electrónicos para reducir el despilfarro y aumentar el contenido de materiales reciclados, entre otras), y una mayor ambición en los objetivos de algunos flujos de residuos para conseguir reducir al 50% la cantidad residual (no reciclada) de residuos municipales en 2030. Según la Comisión, la mitad de los Estados Miembros no van a llegar a cumplir el compromiso para el 2020 de conseguir un 50% de reciclaje de los residuos, para lo que se pretende desarrollar mecanismos de colaboración entre los países, regiones y ciudades. También pretende impulsar un mercado de materias primas secundarias de mejor calidad que tenga un mayor dinamismo que permita dar una segunda vida a los residuos generados.
Consumidores más y mejor informados con nuevos derechos
Este Plan aboga por una mayor participación de los consumidores en la economía circular, para lo que se revisarán las políticas actuales para asegurar que éstos reciben información confiable y relevante sobre los productos en el punto de venta sobre su vida útil, sobre servicios de reparación o repuestos. En este sentido, la Comisión apuesta por establecer un nuevo “derecho de reparación” o disponibilidad de repuestos, sobre todo en lo que respecta a aparatos electrónicos.
Compra pública responsable y circular
Desde la Comisión Europea se propone integrar criterios y objetivos obligatorios de compra verde, que podría ser un gran "driver" en la demanda de productos y servicios sostenibles, dado que la compra pública representa un 14% del PIB de la Unión Europea. Además, se seguirán incentivando la difusión de buenas prácticas y el lanzamiento de iniciativas como “compra pública por el clima y el medio ambiente” que facilitará el intercambio entre distintos agentes de la Administración Pública.
Un modelo más armónico con el planeta y el bienestar de las personas
Más ambición, más sectores involucrados, más alcance, más sinergias y más instrumentos legislativos y no legislativos para avanzar hacia un modelo más armónico con el planeta y el bienestar de las personas, asegurando la prosperidad de la economía. Este Plan, sobre el papel, está a la altura de los riesgos y de las oportunidades que necesitamos para preparar a Europa para un futuro sostenible, como decía Ursula von der Leyen en su discurso inaugural como Presidenta de la Comisión Europea. Esperamos que la responsabilidad de cada grupo de interés también esté a la altura para apoderarse de este Plan como algo suyo, como algo de todos.