Andalucía regenera hasta el 88% del aceite usado en la comunidad
Sin embargo, desde el año 2007 y bajo el principio de quien contamina paga, el Real Decreto 679/2006 estableció unas nuevas reglas del juego: los fabricantes de aceites de motor e industriales son los que tienen que garantizar que esos productos se recogen y se reciclan. Esta obligación que afecta principalmente a las grandes petroleras se lleva a cabo a través del un Sistema Integrado de Gestión de Aceites Usados (SIGAUS) donde está la casi totalidad de estas empresas.
En el caso de España, la apuesta por recuperar el aceite usado es la regeneración, al igual que otros países del sur de Europa como Portugal, Italia o Francia; a diferencia de los estados nórdicos, donde para combatir el frío se apuesta por utilizar este residuo como combustible, lo cual supone menos costes de producción pero supone aumentar la contaminación atmosférica.
«Es un residuo que no tiene nombre y apellidos», explica el Director General de SIGAUS, Eduardo de Lecea, en referencia a que una vez puesto en el mercado el aceite es difícil saber a quien corresponden los residuos generados. Por eso es especialmente importante garantizar la recogida gratuita en cualquier punto de España, ya que el valor de este residuo es cambiante y en periodos como el actual de caída de precios del petróleo, la recogida de este residuo no es rentable.
Para ello, esta entidad sin ánimo de lucro ha incrementado significativamente su financiación a las empresas gestoras del residuo, con un mecanismo de compensación vinculado a la cotización internacional de los lubricantes, que permite una adaptación continua a las variaciones de precios durante 2016, asegurando así la recogida del residuo.
«Nuestra prioridad es mantener la gestión de todo el aceite usado, y el servicio universal de recogida, al margen del entorno bajista en los precios del petróleo, aunque implique un esfuerzo económico mayor», señaló Eduardo de Lecea.
En Andalucía, donde se pusieron en el mercado 33.826 toneladas de aceites, se recogieron 17.670 toneladas. Aunque las cifras no coincidan, la recogida del aceite usado sí fue del cien por cien, ya que se estima que de cada litro de aceite que se pone en el mercado se consumen 0,6 litros. De esta cantidad, el 88 por ciento (18 puntos porcentuales más de lo que establece la normativa) se dedicaron a regeneración, mientras que tan sólo un 22 por ciento se dedicó a valorización, lo que sitúa a Andalucía como una de las comunidades líderes en el reciclaje y recuperación de este residuo peligroso.