ANIAGA: "Aceite usado: Fin de la burbuja, sí. Guerra, no"
La burbuja del aceite usado se acabó en agosto de 2015. Desapareció con la bajada del precio del petróleo, la caída en la demanda de productos reciclados del aceite usado y el déficit de financiación de SIGAUS.
Como bien retrata el Presidente de Ganvam “es verdad que en los últimos años, el precio del aceite usado prácticamente financiaba la gestión del resto de residuos; sin embargo, ahora estamos asistiendo a un cambio de coyuntura y esa burbuja se está desinflado. En cualquier caso, siguen siendo las petroleras las que, como fabricantes, tienen que garantizar la recogida gratuita a través de un sistema integrado de gestión, o bien, de otro modo. No se puede crear incertidumbre en el taller en un asunto tan importante como la gestión de residuos peligrosos”.
Es cierto: En los últimos años asistimos al crecimiento de una burbuja del aceite usado en una situación anormal, injustificada e insostenible. Como otras burbujas que conocemos en España se desinfló y lo hizo tarde. Hay quien pudo “pinchar” la burbuja a tiempo para evitar males mayores, pero, como en las otras burbujas, no lo hizo.
El espejismo de los últimos años se esfumó en 2015 con la caída en la demanda de productos reciclados del aceite usado y el déficit de financiación de SIGAUS. Y ahora volvemos esos años hacia atrás, pero con un tope: 2007. No se puede volver más atrás ya que existe un Real Decreto de obligado cumplimiento.
Tienen las asociaciones de talleres toda la razón: El RD 679/2006 es claro y taxativo al establecer que la obligación de financiar la gestión de los aceites usados corresponde a los fabricantes, exclusivamente a los fabricantes. No a los talleres, no a los gestores: a los fabricantes, a sus SIG, fundamentalmente a SIGAUS.
Todas estas cuestiones han venido siendo planteadas por ANIAGA, son conocidas entre los agentes del sector, requieren actuar proactivamente para poner en el mercado las soluciones y recaudar la financiación en cantidad y forma adecuadas para garantizar la correcta gestión de los aceites usados, para cumplir la ley, en definitiva.
Pero SIGAUS se plantó en Diciembre de 2015 (presupuestariamente hablando) como si todo lo anterior no estuviera pasando, ignorando la burbuja y sin revisar la ecotasa del aceite usado desde 2007. SIGAUS continúa empecinado en no corregir sus “deslices” presupuestarios, en no adecuar la ecotasa al presente, en no recaudar lo que necesita para viabilizar su función. En vez de ello se afana en que su viabilidad descanse en no pagar a los gestores de aceites usados. No recaudar y no pagar.
Carece de sentido que SIGAUS continúe prometiendo a los talleres que les va a proporcionar recogida universal y gratuita mientras no revisa la ecotasa, porque los gestores no pueden soportar el déficit del servicio ni financiar la retirada de excedentes del mercado. Los talleres vienen comunicando a sus asociaciones sectoriales que el derecho a tener recogida universal y gratuita del aceite usado se ha perdido. Y seguirá perdido porque los fabricantes no lo financian correctamente y tampoco han establecido las medidas necesarias para retirar los excedentes de aceite usado: Precio de garantía y almacenamiento temporal de los excedentes.
Los gestores, en el límite de lo ofensivo, tenemos que asistir al autobombo de SIGAUS pregonando porcentajes de subida en sus asignaciones que ocultan un déficit de financiación de 18 millones de euros para recogida y tratamiento previo y 5,5 millones de euros para la retirada y almacenamiento de excedentes, en 2016. Esa es la realidad. El 26 de abril nos comunicaron que subirían las asignaciones un 136% transitoriamente. Sólo transitoriamente. Bien, lo creeríamos si fuera acompañado de una subida de la ecotasa un 136% para cuadrar las cuentas, porque ahora las cuentas se cuadran reduciendo las asignaciones a otras empresas gestoras. Y esto no lo dicen los gestores, lo anuncia SIGAUS en su propia web.
Los gestores no pretendemos usar a los talleres en este asunto. No nos dedicamos a la manipulación ni consideramos a nuestros clientes susceptibles de ser manipulados. Somos empresarios en general de tamaño pequeño. Estamos sujetos a las mismas vicisitudes que cualquier pequeña y mediana empresa española, que, en nuestro caso y en estos tiempos, parece que incluyen soportar la posición dominante del SIG mayoritario unido al ninguneo de las Administraciones Públicas.
Algún día volveremos tal vez a tener un Ministerio implicado en la problemática del sector. Ya veremos para entonces a dónde hemos ido a parar con los aceites usados. Mientras tanto SIGAUS tan sólo soluciona la gestión del aceite usado en remotos lugares de la España profunda y rural (4.000 municipios) donde en nueve años ni ha podido justificar la recogida de una gota de aceite usado. Para ellos, lo de la financiación adecuada de la gestión del aceite usado puede esperar.
Como bien retrata el Presidente de Ganvam “es verdad que en los últimos años, el precio del aceite usado prácticamente financiaba la gestión del resto de residuos; sin embargo, ahora estamos asistiendo a un cambio de coyuntura y esa burbuja se está desinflado. En cualquier caso, siguen siendo las petroleras las que, como fabricantes, tienen que garantizar la recogida gratuita a través de un sistema integrado de gestión, o bien, de otro modo. No se puede crear incertidumbre en el taller en un asunto tan importante como la gestión de residuos peligrosos”.
Es cierto: En los últimos años asistimos al crecimiento de una burbuja del aceite usado en una situación anormal, injustificada e insostenible. Como otras burbujas que conocemos en España se desinfló y lo hizo tarde. Hay quien pudo “pinchar” la burbuja a tiempo para evitar males mayores, pero, como en las otras burbujas, no lo hizo.
El espejismo de los últimos años se esfumó en 2015 con la caída en la demanda de productos reciclados del aceite usado y el déficit de financiación de SIGAUS. Y ahora volvemos esos años hacia atrás, pero con un tope: 2007. No se puede volver más atrás ya que existe un Real Decreto de obligado cumplimiento.
Tienen las asociaciones de talleres toda la razón: El RD 679/2006 es claro y taxativo al establecer que la obligación de financiar la gestión de los aceites usados corresponde a los fabricantes, exclusivamente a los fabricantes. No a los talleres, no a los gestores: a los fabricantes, a sus SIG, fundamentalmente a SIGAUS.
Todas estas cuestiones han venido siendo planteadas por ANIAGA, son conocidas entre los agentes del sector, requieren actuar proactivamente para poner en el mercado las soluciones y recaudar la financiación en cantidad y forma adecuadas para garantizar la correcta gestión de los aceites usados, para cumplir la ley, en definitiva.
Pero SIGAUS se plantó en Diciembre de 2015 (presupuestariamente hablando) como si todo lo anterior no estuviera pasando, ignorando la burbuja y sin revisar la ecotasa del aceite usado desde 2007. SIGAUS continúa empecinado en no corregir sus “deslices” presupuestarios, en no adecuar la ecotasa al presente, en no recaudar lo que necesita para viabilizar su función. En vez de ello se afana en que su viabilidad descanse en no pagar a los gestores de aceites usados. No recaudar y no pagar.
Carece de sentido que SIGAUS continúe prometiendo a los talleres que les va a proporcionar recogida universal y gratuita mientras no revisa la ecotasa, porque los gestores no pueden soportar el déficit del servicio ni financiar la retirada de excedentes del mercado. Los talleres vienen comunicando a sus asociaciones sectoriales que el derecho a tener recogida universal y gratuita del aceite usado se ha perdido. Y seguirá perdido porque los fabricantes no lo financian correctamente y tampoco han establecido las medidas necesarias para retirar los excedentes de aceite usado: Precio de garantía y almacenamiento temporal de los excedentes.
Los gestores, en el límite de lo ofensivo, tenemos que asistir al autobombo de SIGAUS pregonando porcentajes de subida en sus asignaciones que ocultan un déficit de financiación de 18 millones de euros para recogida y tratamiento previo y 5,5 millones de euros para la retirada y almacenamiento de excedentes, en 2016. Esa es la realidad. El 26 de abril nos comunicaron que subirían las asignaciones un 136% transitoriamente. Sólo transitoriamente. Bien, lo creeríamos si fuera acompañado de una subida de la ecotasa un 136% para cuadrar las cuentas, porque ahora las cuentas se cuadran reduciendo las asignaciones a otras empresas gestoras. Y esto no lo dicen los gestores, lo anuncia SIGAUS en su propia web.
Los gestores no pretendemos usar a los talleres en este asunto. No nos dedicamos a la manipulación ni consideramos a nuestros clientes susceptibles de ser manipulados. Somos empresarios en general de tamaño pequeño. Estamos sujetos a las mismas vicisitudes que cualquier pequeña y mediana empresa española, que, en nuestro caso y en estos tiempos, parece que incluyen soportar la posición dominante del SIG mayoritario unido al ninguneo de las Administraciones Públicas.
Algún día volveremos tal vez a tener un Ministerio implicado en la problemática del sector. Ya veremos para entonces a dónde hemos ido a parar con los aceites usados. Mientras tanto SIGAUS tan sólo soluciona la gestión del aceite usado en remotos lugares de la España profunda y rural (4.000 municipios) donde en nueve años ni ha podido justificar la recogida de una gota de aceite usado. Para ellos, lo de la financiación adecuada de la gestión del aceite usado puede esperar.
QUÉ ES ANIAGA
ANIAGA es una Asociación nacional formada por gestores autorizados de aceites industriales usados que desde hace más de 10 años defiende la gestión responsable y sostenible y los intereses de las empresas gestoras de aceites industriales usados en los diferentes ámbitos económicos, sociales y ambientales.
Nota de prensa. ANIAGA. 10 de mayo de 2016.