Por ello, según los porcentajes indicados, un 20% de estos materiales se sumarán al cómputo de reciclaje y otro 20% van a ser rechazados ya que son para los que en estos momentos no hay más salida que el vertedero. El porcentaje sobrante, un 60%, se convertirá en CSR (combustibles sólidos recuperados), un material orgánico con el que quieren «buscar usos para dar valor y generar riqueza» en un momento en el que la economía circular cada vez está más en auge. «Queremos que sean nuevos combustibles apreciados también por posibles consumidores para que se generen mercados». De esta forma, Paz Orviz puso el foco en que «vuelvan a salir materiales y energía de nuestro centro de tratamiento de residuos que, hasta ahora, lo que hacía era solamente recibirlos y enterrarlos en un valle». Aunque actualmente los CRS son «un combustible muy sujeto a norma» y aún están «dándole vueltas» a qué hacer con ellos.

La realidad de nuestra región es que «tiene un consumo industrial muy pesado, es desproporcional y mucho más intenso del de la media de España», señaló Ana Quelhas, gerente de Hidrógeno en EdP renovable. Con estos datos en la mano, indica que aunque haya eficiencia energética o electrificación «no va a ser suficiente». En este sentido, «el hidrógeno y derivados van a ser necesarios para descarbonizarlo». A día de hoy, la empresa EdP tiene dos sociedades con las centrales de Aboño y Soto para lanzar las inversiones de hidrógeno. «El de Aboño es un proyecto grande, estamos tramitando los permisos ambientales para un proyecto de 150 megavatios».

Quelhas apunta a que Asturias tiene «recursos renovables eólicos y solar» lo que hace que tengan una «combinación» de recursos bastante «buena». En el caso de la compañía «no partimos de un folio en blanco. Partimos de activos que nos dan un adelanto: tenemos terrenos, conexión eléctrica, países vecinos potencialmente consumidores de hidrógenos y, a largo plazo, la cercanía con el puerto es fabulosa para exportar. Esperan que «a principios de 2026 esté listo y funcionando».

Álvaro López, director de Desarrollo de Negocio de Duro Felguera Green Teach, destaca que la compañía «ha ido transicionando a través de los años, adaptándonos a cómo ha evolucionado la energía en el mundo». Ahora, prosigue, «el reto es cambiar hacia la descarbonización»; para ello han creado una compañía dentro del grupo focalizado hacia las energías renovables y el hidrógeno verde. Esta parte es Duro Felguera Green Tech, que «utiliza los elementos tradicionales y todo el conocimiento adquirido en estos sectores para asentar los pilares clave en la facturación de los próximos años».

TSK, también presente, siempre ha estado comprometida con el tejido industrial asturiano. Antonio Suárez Ramón, director general de Desarrollo de Negocio, destaca que desde hace tres años lleva en funcionamiento «un equipo específico de desarrollo de ingeniería y gestión de proyectos relacionados con todas aquellas tecnologías propiciadas por la descarbonización y la transición energética». En este sentido han buscado soluciones sostenibles, pero «la optimización de plantas de industrialización es un negocio muy demandado».

A la presentación de la jornada acudió José Antonio Galdón, presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales de España, Diego Pérez Muñíz decano y presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos del Principado, donde se homenajeó al anterior director, Enrique Pérez Rodríguez y Nieves Roqueñí, consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico. El acto de clausura corrió a cargo de Belarmina Díaz, directora general de Energía.

[Este contenido procede de El Comercio. Lee el original aquí]