El sector del vino y zumo produce desechos de piel y semillas de uva, que no suelen tener un destino establecido. Frecuentemente son descartados o devueltos al campo para ser utilizados como fertilizantes. Con el objetivo de valorizar estos residuos se consideró una alternativa sostenible para aprovechar el potencial de los componentes principales.

La dirección del estudio corrió a cargo de la Dra.Carmen J. Contreras-Castillo y estuvo acompañada por la investigadora Ligianne Din Shirahigue. Esta última ha indicado que "los compuestos presentes en los residuos de uva, piel y semillas mostraron una alta actividad antioxidante. Estas sustancias pueden retardar el proceso de oxidación de los lípidos de las carnes con cantidades significativas de grasas no saturadas, como es el caso de determinados cortes, como los muslos de pollo"

Tras la obtención de estos datos, los científicos encontraron una alternativa para estos desechos: la conservación de carne de pollo.

Brasil exporta al exterior carne de aves, a las que se le añaden diversos conservantes en su proceso industrial. Tal y como explicó Ligianne: "la mayoría de los conservantes utilizados son sintéticos y algunos estudios de otros investigadores indican que puede dañar la salud a largo plazo, tales como el BHT (Butil Hidroxi Tolueno), BHA (Butil hidroxi-anisol), TBHQ (butilo -hidroquinona, terciaria) y PG (galato de propilo)", señaló Ligianne.

El novedoso estudio confirma que el extracto natural tiene el mismo efecto que el conservante sintético BHT en cuanto a la preservación de la carne de pollo cocido, lo que lo convierte en una opción natural y sostenible para la industria de vinos y de procesamiento de carne.