La aplicación de este nuevo reglamento se hará a partir de mañana primero de julio, y prohibirá la entrada en el país de los desechos que no puedan usarse como materias primas o que puedan conllevar un riesgo medioambiental.

China aún no ha anunciado las condiciones que se exigirán a la importación de estos residuos, aunque es de esperar que la medida reduzca los más de 40 millones de toneladas que China importa anualmente entre papel, plástico, hierro y otros metales.

El nuevo reglamento no sólo abarcará los residuos que tenga como destino final el país asiático, sino también aquellos que pasen por él con destino a un tercer país; así, esto último no se permitirá a partir de ahora, salvo excepciones.