China impulsa un sistema nacional de reciclaje de residuos fotovoltaicos ante el auge de la energía solar
La acelerada expansión de la energía fotovoltaica (PV) ha convertido a China en el principal productor mundial de tecnología solar, contribuyendo con aproximadamente el 60 % de las nuevas instalaciones globales y el 46 % de la capacidad acumulada en 2024 (IEA, 2025). Esta transición energética, clave para mitigar el cambio climático y mejorar la seguridad energética, ha traído consigo un desafío ambiental emergente: el manejo de los residuos fotovoltaicos al final de su vida útil, que se espera que alcancen 6,24 millones de toneladas anuales en China para 2050.
Los módulos fotovoltaicos contienen tanto materiales valiosos —como plata, cobre y silicio— como sustancias peligrosas, incluyendo plomo, cadmio y antimonio, cuya liberación inadecuada puede contaminar suelos y aguas subterráneas. La gestión eficiente de estos residuos es crucial no solo para prevenir riesgos ambientales y sanitarios, sino también para promover la economía circular mediante la recuperación de materiales estratégicos.
Un reciente estudio proyecta la distribución espacial de los residuos fotovoltaicos en China mediante una Red Neuronal de Retropropagación Optimizada con Algoritmo Genético (BPNN), revelando patrones regionales de generación de residuos en forma de anillo. Sobre esta base, los investigadores desarrollaron un modelo de Programación Lineal Entera Mixta (MILP) para optimizar la ubicación de instalaciones de tratamiento, minimizando costos logísticos y maximizando la eficiencia del reciclaje. El análisis identificó 91 ubicaciones óptimas para instalaciones de tratamiento, concentradas principalmente en el noroeste y norte del país, donde se prevé la mayor acumulación de residuos.
El estudio también evaluó el potencial de modernización de 109 empresas chinas certificadas en tratamiento de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), concluyendo que 76 de ellas podrían adaptarse para procesar residuos fotovoltaicos. Sin embargo, en algunas regiones todavía se anticipa escasez de capacidad, lo que requerirá soluciones móviles de recolección y transferencia temporal para garantizar un tratamiento eficiente y seguro.
La implementación de esta red optimizada no solo permitirá una gestión más rentable y sostenible de los residuos, sino que también fomentará un marco de economía circular dentro de la industria fotovoltaica, reduciendo la pérdida de materiales valiosos y minimizando riesgos ambientales. Según los investigadores, este enfoque podría servir como modelo internacional para otras naciones que enfrentan un aumento inminente de residuos solares a gran escala, combinando eficiencia operativa, sostenibilidad y seguridad ambiental en la transición energética global.
[Este contenido procede de Sciencedirect Lee el original aquí]






