China y el impacto global de los residuos plásticos: cambios en flujos comerciales y sostenibilidad ambiental
La prohibición china de importación de residuos plásticos, implementada en 2017 bajo el Plan de Reforma sobre la Gestión de la Importación de Residuos Sólidos, ha provocado una transformación profunda en los flujos comerciales globales de plásticos y en la estructura de gestión de residuos de múltiples países. Antes de la medida, China absorbía más del 55 % del comercio mundial de residuos plásticos, gran parte de los cuales se gestionaba de forma inadecuada, con enterramiento o disposición deficiente, generando impactos significativos sobre los suelos, cuerpos de agua y emisiones de gases de efecto invernadero. Hong Kong funcionaba como principal puerto de transbordo, concentrando un 22 % del flujo global de residuos destinados a China continental.
La prohibición redujo drásticamente la dependencia del mercado chino, provocando que los países exportadores, incluidos Estados Unidos, Japón y varios países europeos, redirigieran sus residuos hacia el Sudeste Asiático. Este ajuste, sin embargo, no solo alteró los patrones comerciales, sino que también impactó la sostenibilidad ambiental debido a la variabilidad en la tecnología y capacidad de tratamiento entre países. Mientras que los países desarrollados cuentan con mayores tasas de incineración y reciclaje, los países en desarrollo siguen dependiendo principalmente de vertederos, lo que hace que los efectos ambientales unitarios del tratamiento difieran considerablemente.
Para evaluar los impactos de estos cambios, se aplicó el análisis del ciclo de vida (ACV) a seis tipos de residuos plásticos, considerando transporte, tratamiento nacional y exportaciones. Los resultados mostraron que, a corto plazo, la prohibición redujo significativamente cuatro indicadores de impacto ambiental (formación de materia particulada fina, ecotoxicidad de agua dulce, toxicidad humana y consumo de agua), aunque contribuyó al incremento del calentamiento global en los países desarrollados debido al mayor uso de incineración. No obstante, el ecocosto global ahorrado alcanzó aproximadamente 2.350 millones de euros anuales, equivalentes al 56 % del valor del comercio mundial de residuos plásticos en 2017.
El estudio también identificó que la dependencia excesiva de un solo importador, como China, genera vulnerabilidad estructural en el comercio internacional de residuos. La prohibición obligó a los países exportadores a fortalecer sus capacidades de gestión interna y a reconsiderar sus estrategias de reciclaje y reducción de residuos plásticos en origen. Proyecciones futuras basadas en escenarios de reducción de exportaciones y aumento de la tasa de reciclaje muestran que la transición hacia la gestión nacional y el reciclaje puede reducir los costos ecológicos entre 1.540 y 3.200 millones de euros anuales, reforzando la resiliencia de los sistemas de gestión de residuos a nivel global.
Estos hallazgos evidencian que la prohibición china actúa como un “mecanismo forzado” que impulsa cambios estructurales en la industria global del plástico, promoviendo ajustes tecnológicos y de gestión que son esenciales para alcanzar la sostenibilidad ambiental. Asimismo, resaltan la necesidad de políticas coordinadas, inversión en tecnologías de reciclaje avanzadas y adopción de prácticas de economía circular para minimizar el impacto ambiental del comercio internacional de residuos plásticos y garantizar un futuro más sostenible.
[Este contenido procede de NATURE Lee el original aquí]






