Cómo hacerse rico recogiendo las botellas vacías que otros desechan
Robert, un receptor de la ayuda social alemana de 63 años, recibió una noticia que le cambió la vida. Un amigo indigente le contó sobre la existencia de pfandgeben.de, un portal en Internet que concentra un banco de datos de recolectores de botellas en toda Alemania, un pequeño ejército de pobres e indigentes que nació el 1 de mayo de 2006 que surgió a raíz de una ley. Esta ley convirtió a varios miles de habitantes de este rico país en alumnos aventajados de los miserables 'pepenadores' mexicanos, ese grupo de indigentes que nace, vive y muere en los grandes basureros recogiendo cualquier objeto de valor.
Desde mayo de 2006, todas las tiendas que venden bebidas, incluidas las alcohólicas, con una superficie mayor de 200 metros cuadrados, quedaron obligadas por ley a pagar entre 13 y 34 centavos de dólar por cada envase que lleva una etiqueta: 'retornable'. La noticia se propagó de boca a boca entre los indigentes, los parados y también los jóvenes que visitan religiosamente los institutos de Enseñanza Básica y Media en el país. De la noche a la mañana, los contenedores de basura se habían convertido en pequeñas islas del tesoro que ofrecían sus riquezas (los envases retornables).
Este nuevo fenómeno social nació gracias a la titánica lucha que libró el ex ministro de Medio Ambiente Jürgen Trittin (1998-2005), un combativo militante de los Verdes, para ponerle precio a la basura. Gracias a Jürgen Trittin, miles de 'pepenadores' en todo el país, tienen ahora la posibilidad de ganar algunos euros extras recogiendo envases vacíos. La nueva invasión está causando estragos en los grandes supermercados, donde los clientes habituales se abastecen de cerveza y agua mineral.
Robert es un pepenador de Berlín y sus ingresos de multiplicaron gracias a otra idea genial, esta vez diseñada por un diseñador gráfico, que no sabía que hacer con las botellas que se juntaban después de las fiestas en su departamento ubicado en Friedrichshein, un barrio de moda de la capital.
“Después de cada fiesta o reunión con mis compañeros de piso quedaban decenas de botellas en la cocina. Con un amigo pensamos que sería de gran ayuda avisarles a los recolectores de botellas: en mi cocina tengo muchas botellas y las puedes venir a recoger”, contó Jonas Kakoschke, creador de pfandgeben.de.
Jonas preparó un catálogo de preguntas, salió a la calles de Berlín a entrevistar a los recolectores y les explicó su idea. Investigó cuántos de ellos contaban con un teléfono móvil. La mayoría le facilitó con gusto su número teléfono y en la actualidad tiene registrados alrededor de dos mil recolectores. Para que el botellero sea ubicado en su localidad tiene que estar registrado en la página. Por semana hay entre cinco y diez nuevos registros. Los interesados en deshacerse de sus botellas eligen en el portal su lugar de ubicación y éste arroja los números telefónicos de los botelleros en el área. El resto se coordina directamente entre el donador y el recolector. Kakoschke no interviene, ni exige dinero por el servicio.
“Gracias a Pfandegen.de mis ingresos aumentaron y ya puedo darme algunos lujos”, dijo Robert, quien trabaja hurgando en los basureros en los alrededores del Europa Center de la capital alemana. A pesar de seguir saliendo a las calles en busca de botellas, la plataforma web le ha facilitado su trabajo de pepenador: “Lo tengo que seguir haciendo. No soy el tipo de persona que pediría limosna en la calles, mejor recolecto botellas”.
Eduard Lüning también es un pepenador alemán que nació hace 51 años en Münster y es el único que ha escrito un libro sobre su experiencia como recolector de envases vacíos retornables. Pero Lüning, a diferencia de Robert, el pepenador de Berlín, es un hombre famoso y está en camino de almacenar una pequeña fortuna gracias al tesoro que sus compatriotas abandonan en los contenedores de basura o dejan tirados en el suelo durante los grandes festivales de música
Hace ocho años y mientras intentaba dormír en su coche, Lüning observo como un anciano escarbaba en un contenedor armado de una linterna. “Busco botellas” le dijo el anciano. Al fin de semana siguiente, Lüning armado de varias bolsas espero la llegada de los trenes en la estación de Münster.
Fue el comienzo de una aventura que aún no finaliza. En un entrevista reciente, el ex taxista y obrero de la construcción admitió que ganaba más de 10.000 euro al mes recolectando botellas y latas de cerveza. Lüning viaja con su caravan por todo el país, visitando festivales de música
“Me sigue fascinando como se puede ganar dinero con la basura de los demás”, dijo el más famoso de los pepenadores alemán, quien gracias a la iniciativa del ex ministro Jürgen Trittin, se convirtió en un exitoso empresario que está en camino de hacerse rico con los envases que abandonan sus compatriotas.