Desarrollan tecnosuelos elaborados con lodos y residuos de siderurgia
El Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia, ha desarrollado dos nuevos tipos de tecnosuelos -suelos artificiales- para su uso como substratos de cultivo en invernaderos. Para su elaboración se han empleado lodos derivados de la depuración de aguas residuales, cenizas de combustión de biomasa, residuos de la siderurgia y metalurgia, y paja de cebada.
Se comprobó así que los nuevos substratos presentan buenas propiedades para el crecimiento de los cultivos, como sus niveles de nutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio), acidez adecuada y estabilidad de la materia orgánica en las mezclas. El estudio lo ha desarrollado la doctora en Agricultura Fenxia Yao como parte de su trabajo de tesis doctoral; una investigación presentada recientemente y supone la primera tesis en nuestro país que versa sobre la investigación de tecnosuelos. La doctora Yao cursó su carrera en la Universidad de Agricultura de Shenyang (China).
En los sistemas de producción hortícola y silvícola, la producción de plantas en contenedor ha presentado un desarrollo espectacular en los últimos años por la ventaja que presenta respecto a la siembra directa o a la producción de planta en campo. El volumen total de medios de cultivo consumidos en la UE se estima entre 20 y 30 millones de m3 por año, cubriendo la turba un 85-90% de las necesidades de mercado. Como la turba es un material orgánico valioso y no renovable, es de utilidad e interesante procurar mezclas de productos residuales procedentes de procesos urbanos e industriales que se puedan utilizar en lugar de la turba, al tiempo que faciliten un uso eficaz de los recursos.
De este modo, los investigadores de la institución vasca, en colaboración con la Universidad de Santiago de Compostela, han desarrollado dos nuevos tipos de tecnosuelos, elaborados con lodos de EDAR, arena verde de fundición (arena utilizada en la industria de fundición de metal para crear los moldes sobre los que se vierte el metal fundido), escoria Linz-Donawitz (escoria procedente del refinado del acero), paja de cebada, y cenizas de combustión de biomasa. La diferencia se encuentra en el tipo de lodo empleado: anaeróbico, aeróbico y aeróbico tratado con cal, y en las proporciones de los materiales inorgánicos y orgánicos usados en las mezclas: un 5% de arena de fundición, un 10% de escorias de acería, un 2% de paja de cebada, un 23 o 33% de cenizas de combustión, y un 60 o 50% de lodo de depuradora.
Los resultados muestran que los tecnosuelos elaborados a partir de lodos aeróbicos contienen una mayor cantidad de nutrientes primarios, nitrógeno, fósforo y potasio, así como de carbono orgánico, mientras que si se mezclaban con cal presentaban una menor biodisponibilidad de fósforo. Los dos tecnosuelos tenían propiedades adecuadas de acidez lo que es de interés para la inmovilización de metales pesados y el desarrollo de los cultivos. Además, ambas promueven la estabilización de la materia orgánica, lo que favorece la duración de los substratos.
En lo que se refiere al rendimiento de las plantas, la investigación muestra que las producciones más altas se consiguen en los tecnosuelos procedentes de mezclas donde se utiliza el lodo aerobio sin tratar con cal, lo que se relaciona con la disponibilidad de nutrientes que hay en estas mezclas.
Los tecnosuelos suponen una importante contribución al medio ambiente ya que, además de ser utilizados como substratos de cultivo, pueden emplearse para recuperar áreas degradadas por actividades extractivas de minerales, obras públicas, etc. Al mismo tiempo, sirven para reutilizar materiales, tanto orgánicos como minerales, que, de otro modo, irían a parar a los vertederos.
Se comprobó así que los nuevos substratos presentan buenas propiedades para el crecimiento de los cultivos, como sus niveles de nutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio), acidez adecuada y estabilidad de la materia orgánica en las mezclas. El estudio lo ha desarrollado la doctora en Agricultura Fenxia Yao como parte de su trabajo de tesis doctoral; una investigación presentada recientemente y supone la primera tesis en nuestro país que versa sobre la investigación de tecnosuelos. La doctora Yao cursó su carrera en la Universidad de Agricultura de Shenyang (China).
En los sistemas de producción hortícola y silvícola, la producción de plantas en contenedor ha presentado un desarrollo espectacular en los últimos años por la ventaja que presenta respecto a la siembra directa o a la producción de planta en campo. El volumen total de medios de cultivo consumidos en la UE se estima entre 20 y 30 millones de m3 por año, cubriendo la turba un 85-90% de las necesidades de mercado. Como la turba es un material orgánico valioso y no renovable, es de utilidad e interesante procurar mezclas de productos residuales procedentes de procesos urbanos e industriales que se puedan utilizar en lugar de la turba, al tiempo que faciliten un uso eficaz de los recursos.
De este modo, los investigadores de la institución vasca, en colaboración con la Universidad de Santiago de Compostela, han desarrollado dos nuevos tipos de tecnosuelos, elaborados con lodos de EDAR, arena verde de fundición (arena utilizada en la industria de fundición de metal para crear los moldes sobre los que se vierte el metal fundido), escoria Linz-Donawitz (escoria procedente del refinado del acero), paja de cebada, y cenizas de combustión de biomasa. La diferencia se encuentra en el tipo de lodo empleado: anaeróbico, aeróbico y aeróbico tratado con cal, y en las proporciones de los materiales inorgánicos y orgánicos usados en las mezclas: un 5% de arena de fundición, un 10% de escorias de acería, un 2% de paja de cebada, un 23 o 33% de cenizas de combustión, y un 60 o 50% de lodo de depuradora.
Los resultados muestran que los tecnosuelos elaborados a partir de lodos aeróbicos contienen una mayor cantidad de nutrientes primarios, nitrógeno, fósforo y potasio, así como de carbono orgánico, mientras que si se mezclaban con cal presentaban una menor biodisponibilidad de fósforo. Los dos tecnosuelos tenían propiedades adecuadas de acidez lo que es de interés para la inmovilización de metales pesados y el desarrollo de los cultivos. Además, ambas promueven la estabilización de la materia orgánica, lo que favorece la duración de los substratos.
En lo que se refiere al rendimiento de las plantas, la investigación muestra que las producciones más altas se consiguen en los tecnosuelos procedentes de mezclas donde se utiliza el lodo aerobio sin tratar con cal, lo que se relaciona con la disponibilidad de nutrientes que hay en estas mezclas.
Los tecnosuelos suponen una importante contribución al medio ambiente ya que, además de ser utilizados como substratos de cultivo, pueden emplearse para recuperar áreas degradadas por actividades extractivas de minerales, obras públicas, etc. Al mismo tiempo, sirven para reutilizar materiales, tanto orgánicos como minerales, que, de otro modo, irían a parar a los vertederos.
Vía Ambientum
xornalcerto (cc)
País Vasco